Hay seres tocados por un don. En el caso de la música, la melodía es un caso serio. No todos los músicos, por más buenos que sean, traen el don melódico que pareciera estar restringido a pocos elegidos. Hago una analogía futbolera: hay jugadores que nacieron para hacer goles y no le pidas otra cosa. En música, la melodía es ese gol que la obra necesita. Jorge Galemire ha regado la canción uruguaya de bellas y estremecedoras melodías. Este ejemplo es válido: nada que envidiar a una línea melódica de McCartney, Wilson o Iván Lins.