Jorge Drexler es el artista nacido acá, más reconocido en el mundo. Nada que agregar salvo que se lo merece por su trabajo y dedicación, y por su talento para saber moverse en los ámbitos de prestigio. Sabemos los músicos que sin ese talento poco vale la calidad de una obra y le ha sucedido a genios, ni siquiera a simples mortales.
Hay algo que no se dice cuando se habla mal de Drexler desde aquí (yo le reclamo su forma de ser políticamente correcta) y es que el tipo que hace más de 30 años que está en España, ¡compone y habla en uruguayo! Y canta, en uruguayo. Sabemos bien que un jugador de fútbol que es vendido desde acá a España, por ejemplo, a la semana, o menos, está hablando como Torrente. Esto significa no solo inteligencia (en Drexler), sino amor y respeto a su lugar de origen, y es digno de resaltarlo. La canción que a mí, en lo personal, más me interesa y «me gusta» es este «Vaivén», que tiene dos versiones y esta es la original. Drexler es un apolíneo y un hedonista.
En sus letras y músicas nunca- o pocas veces- hay dolor, drama, desesperación vital. Creo que es producto de su encanto por la Bossa Nova y el espíritu de ésta, que fue resaltar la buena vida, los placeres de la alta sociedad y la despreocupación por la subsistencia. De ahí viene Jorge y jamás se ha apartado de este concepto y está en la psique de su obra. «Vaivén» es una hermosa y perfecta canción de amor (o desamor) y que es original en su texto y música. Usa una «media caña» como base rítmica, atravesada por el pop y la canción local de los años 80 (Cabrera a full). La guitarra ordena el curso de manera magnífica, es rica, bella, original. La letra habla de un tipo que prefiere «no sentir», a enamorarse y perder. La presencia de Liese Lange, colocada en un sitio ideal, es perfecta, y remite a que eso que le pasa al protagonista quizá, también, le suceda a ella. Es inteligente y elegante. Gran canción y divina versión.