
Si pensamos en una banda que convoca familias, pensamos en Las Pelotas. Décadas de buena música hacen que quienes escuchen sus clásicos, quieran que sus hijos sigan el legado musical. Las Pelotas tiene eso de familia que lo podemos notar en cualquiera de sus shows (nunca faltan los niños a caballito de sus padres, coreando). Este sábado 5 en la Sala del Museo no fue la excepción, y pese a la gran cantidad de toques que había este fin de semana (de bandas locales y extranjeras) Las Pelotas tocó una vez más a Sala llena.
Hace unos días escuché una entrevista a Irene Vallejo, en la que exclamaba que los libros la salvaron. Hablaba de ellos como una suma de aciertos con los cuales la vida se vuelve más sorprendente, más placentera, mediante los cuales pensamos otras ideas, sentimos otras pieles, experimentamos otras emociones. No pude evitar conectar esta idea con las canciones de Las Pelotas, cada una con una historia que contar, con la cual identificarse o identificar a otro, siempre dejando los sentimientos a flor de piel.
Vallejo habla del resultado de búsquedas, de inmersiones, de mucha gente probando, ensayando, y esta banda tiene todo eso. Los seis integrantes dejan en el escenario sus letras, sus composiciones, sus melodías, con la misma entrega que hace 30 años atrás, con una complicidad entre ellos que habla de sus recorridos y su tiempo compartido.
Más de 30 años sobreviven porque la banda está en constante adaptación y metamorfosis, siempre teniendo algo para decir. Recientemente sacaron “Los dos” tema que celebra el encuentro, la vida, y que sigue colocando a Las Pelotas en el presente. Este último, entre otros tantos (casi 30) fue uno de los elegidos para la lista del sábado. Obvio que los clásicos como: “Que podes dar”, “Víctimas del cielo”, “Personalmente”, “Que estés sonriendo”, “Si supieras”, “Shine” y “Capitán América” su himno de crítica social y cultural, no faltaron. Al igual que “Como se curan” canción que Germán cantó literalmente abrazado a un público que abraza a Las Pelotas cada vez que cruza a Montevideo.
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