Otoño en Montevideo
Sábado a la noche
Ciudad Vieja
En escena, una hilera de micrófonos infinitos, humo, luces, asientos que transportan a otra época, parejas que se recuestan esperando, personas que, en esa espera, miran el celular
La sala Camacuá despierta cuando aparece la banda invitada de esta noche: La Bandolera. Cinco hombres de hiperactividad deliciosa que consiguen levantar a los cuerpos e improvisar una sala de baile antes de irse
De repente, acordeón, guitarras diferentes, personas diferentes, y diferente clima cuando entran Juana Aguirre (guitarra y voz) y Fefo Selles (bajo y voz) al escenario
Ella toca sola y empieza a cantar mientras él la mira agachado en el suelo con el bajo
La observa
Se incorporan la batería y la percusión con Ricardo Boretta y Juan Gudiño. Se suman el acordeón de Joaquín Gutiérrez Calviño, y la guitarra, el charango y el banjo de Pablo Viru Tirachio
Juana y Fefo se ponen de rodillas frente al acordeón, le tocan mientras toca, bailan, se divierten. Ella grita con el cuidado de quien sabe acunar con la voz. Y algo se rompe adentro. “Recorreré algún lugar donde nadie me espera” canta. Sus manos van desde el cielo hasta el pecho, sus trenzas flotan mientras su cuerpo navega en el aire
Aparece el clarinete y la flauta roja de Darío Bercovich
Se rompe una viola
Cantan como invocados desde otro lugar y otro tiempo
como estas sillas
como esta sala
Son sombras que nos miran mirar
Cuando ella se queda sola en el escenario con la voz como único instrumento, aparece la magia y la turbulencia. Todo se transforma en intensidad vital mientras canta: “soy vida, contenida en un envase descartable, aprenderé a ser aire”
Y es así que el aire se vuelve denso sin lógica
“Que alguien llore por nuestros corazones”, cantan cuando vuelve a sumarse la banda completa
“Hay que quitar del camino lo que impide el paso”, se escucha mientras una parte del público baila, se agarra y da vueltas alrededor de las personas y de sus asientos
Hay esperanza en este espacio –pienso cuando vuelven y cantan otra canción y cuelgan del micrófono el pañuelo verde de aborto legal en Argentina –
Esta noche ha sido pura celebración. Gracias por la lucidez. Gracias por el terremoto