Miércoles 24 de septiembre de 2025
“Presidente, espero que podamos juntos derrotar estos fake news que llenan de ruido una relación que tiene que ser histórica y pacífica, como siempre visualizó nuestro libertador Simón Bolívar”. Este es un fragmento de la carta que el Presidente Maduro escribió a Donald Trump el 6 de septiembre pasado. Usted puede leerla íntegramente, sus tres carillas escritas con letra cursiva, en la revista Semana de Colombia del domingo 21. La carta, en rigor, exonera de toda culpa a autoridades de Venezuela de vínculos con el narcotráfico, y desliza, sin muchos reparos, la culpa en Colombia.
El problema con la carta de Maduro, a mi modo de ver, es que en ningún momento admite cualquier tipo culpa que pudiera suavizar su imagen ante la comunidad internacional. La expresión mea culpa no existe en el diccionario del presidente venezolano. Todo, para él, es fake new. Lo más grave, sin embargo, es el reconocimiento de las “autoridades legítimas de Venezuela”, las que estarían siendo vinculadas “con mafias y bandas narcotraficantes”. Esta sola declaración sobre la legitimidad de las autoridades, ya compromete la veracidad de su carta.
Cómo pretende abrir espacios para el diálogo con el presidente estadounidense que le ha cuestionado desde siempre, al igual que la inmensa mayoría planetaria, justamente lo contrario: la ilegitimidad del régimen que fue, literalmente usurpado a Edmundo González, el legítimo vencedor de las presidenciales de 2024. Pero no solamente eso. La carta da cuenta también de otro de los delirios del Presidente Maduro, en cuanto a que los fake news podrían provocar un conflicto armado catastrófico para el continente.
“Es el peor de los fake news que se ha lanzado contra nuestro país para justificar una escalada a un conflicto armado que le haría un daño catastrófico a todo el continente”, dice en otro pasaje de la carta. Delira Nicolás Maduro. Habla de “conflicto armado” y prepara a la población civil para una guerra con los Estados Unidos. Y la culpa de ello la tienen los fake news, expresión que repite varias veces en la carta. Todo responde a una maquinación de los enemigos internos y externos del régimen, porque, como lo declara, solo el 5 % de la droga colombiana pasa por Venezuela.
No hay en la histórica carta ni una sola palabra que exprese arrepentimiento, un mea culpa por haber usurpado el poder de manera tan burda. Tampoco ninguna palabra cercana y sensata a “solución del conflicto”. Nicolás Maduro sabe que la grave crisis por la que atraviesa su país y que ha repercutido en varios países de la región, sobre todo en Chile invadido por hordas criminales del Tren de Aragua y el Cartel de Los Soles, no es culpa de las fake news, ni de brujas ni hechiceros.
Él, su ambición de poder y su desprecio por la democracia y los derechos humanos, son los únicos responsables.