Juguetes desatendidos de Jorge Machado Obaldía
Digo que en algún momento se dio cuenta, pero no sé si fueron las canciones, las luces bañando su rostro o simplemente la artificial sensación de libertad que aturde lo que la decidió.Solo sé que cuando todo terminó, me metieron sudoroso y satisfecho en mi limusina y ella estaba allí, con un desvergonzado brillo nuevo en sus ojos.- Jorge se ha ido. – me dijo.
Juguetes desatendidos de Jorge Machado Obaldía