Enero 2021
Buscando un poco de fuerza para espantar el veinte y acorazarme del veintiuno, rescaté un disco y una patada en el pecho para tomar algo de impulso.
Fue hace poquito, a fines de diciembre. Estaba peleando contra un ánimo de perros con el que se me estaba haciendo costumbre levantarme. Y él, insistente, se cruzaba entre mis piernas cada vez que me movía. Fui hasta el armario de los discos para elegir alguno e intentar cambiar la pisada. Al tiempo que llegaba junto a los discos supe lo que debía escuchar. El cd estaba ahí, esperándome desde que le había dado un descanso.
Puse play, subí el volumen y mientras prendía un fuego me llegó un riff que retorció una vez más mis entrañas. Es un disco en vivo grabado en diciembre (¿casualidades?) del 2004. Simplemente “Guatusi”. Ahí me fui a volar con alas de aluminio bajo la carpa del Circo, otra vez a volar, con asas na cabeca. Con un verde-cerca mordiendo caramelos ácidos, rockeando de cara lavada hasta meterle distorsión a unas rimas de hip-hop. Después del tercer vaso de vino mordí la botella y casi como una estatua de sal me volví japonés. Aumenté el volumen. ¿Para qué? Para-ná. Estaba todo muy claro, la música es música y hay que dejarse llevar, y yo quedé desatornillado gracias a un disco que por suerte no se me había rayado de tanto escuchar.
Guatusi fue una banda con músicos del carajo, una fuerza de tal intensidad que noqueaba a la primera escucha y con letras a la altura. Letras lúcidas, líricas y peleadoras cantadas o dichas de forma visceral, un instrumento oscuro y profundo. No hay diferencias entre el ayer y el hoy, el trance va creciendo, va machacando, y los pies se te mueven como cuando estás sentado frente al abismo. Nikolás Anastasiadis y Diego Varela en violas, “Paco” Pintos en bajo, Santiago Juan en batería y Raúl González en la voz, formaron la banda. Para este disco el grupo sumó como invitados a Tabaré Rivero, Kairo Herrera, Juan Bervejillo y en el tema “Caramelos ácidos” a Nelson López (insuperable), Christian Cary en guitarra y solo en «Asas na Cabeza». Rock directo, denso, crudo y potente, sin maquillajes ni florituras, por eso el destaque de los arreglos y de los instrumentistas hacen que el disco tenga “la” polenta. Todo amplificador.
Volver a escuchar esa energía cambió la mía en esos días que venía medio fané. El cobijo y el espíritu de tribu bajo un sonido contundente, fueron acorazándome un poco más para lo que viene. Me quedé pensando, escuchando y mirando el fuego. Volví a la carpa itinerante de la IMM, rescaté emociones y fotos mentales que tenía guardadas de aquellos días donde apechugábamos contra el maldito dosmil-dos. ¡Caramba! ¿Coincidencia?
Hace unos días leí en un libro que: ”escribir acerca de la música es como bailar al compás de la arquitectura”. Es una frase que tiene mucho de verdad, pero no encontré la manera de quedarme callado después que me arrasó el huracán al escuchar, por enésima vez, el disco. Cosas de la música.
Los temas:
You Stay – Todo muy claro – Asas na cabeca – Underjuan – Desatornillado – Verde-Cerca – Estatua de sal – Lula – De cara lavada -Caramelos Ácidos – Mordiste – Paraná – Japonés.
Gracias Guatusi, por la música.
Salú.
fino.