
La Sara del Cordón
El espectáculo se llama “Artesana” y toca el tema de las adicciones, la violencia, la reinserción y las segundas oportunidades. Bien que el carnaval se la juegue para llevar al gran público, temas que nos atraviesan a todos sin importar edades o condición social; y que puede generar diálogo en las familias e incluso búsqueda de ayuda.
Buen uso de las pantallas y la utilería. La coreografía luce bien desde arriba, el guión es conmovedor y bien ejecutada su puesta en escena y actuaciones. El vestuario acompaña y también el potente coro.
La cuerda suena bien y por un momento me hace acordar musicalmente más a ópera que a candombe. Una pena el escaso público (no sólo a primera hora) que pudo disfrutar a los buenos solistas y los tambores que dan un gran espectáculo dialogando entre sí mientras se mueven sobre el escenario. Cómo suenan los vientos de la banda, hay mucha energía y ensayo ahí. La iluminación acompaña bien y la comparsa se baja sobrando un par de minutos.
Los Buby´s
Con introducción de Recoba recordando al Buby original, vuelven con el espectáculo “B.P.S. Buby´s por siempre”, arrancando con una arrasadora presentación con música, vestuario y chistes visuales de los años 70. La actuación y el humor en el geriàtrico a mi entender está un poco deslucida, a excepción del monólogo “geográfico”. Insisto en que los mejores efectos los tienen los chistes visuales.
Luego que empiezan las humoradas recorriendo la oficina del BPS, la selva, Rusia y Mèxico, con una exuberante Cynthia Patiño haciendo de Dios y varios otros personajes, el espectáculo fluye mucho mejor. En canto, muy bien los solistas. La despedida rememorando aquella famosa de los 90, conmueve a quienes supimos disfrutarles. La bajada es con un elegante vestuario azul y música de Joan Manuel Serrat, el escaso público acompaña y siento a un comentarista cercano decir que fue “un espectáculo redondo”, mejorando lo mostrado en la primera vuelta.
Con gusto no pica
La murga de Mercedes vino a defender por segunda vez su espectáculo “Transformaciones”: se abre el telón y te despeina el coro, muy bien maquillado. Las pantallas están muy bien resueltas, especialmente logrando que no se note el espacio entre ellas, cuando son imágenes en movimiento. Personalmente no había visto este efecto hasta ahora.
El cuplé de las caretas es divertido, la música bien aprovechada para hacer el salpicón y hay crítica para todos.
El recurso “danza Ricardo” va mejorando con la repetición aunque los diálogos no me resultan muy divertidos para la sensibilidad actual.
El cuplé de los gusanos es efectivo, en TV creo que lucen menos que en vivo, donde además se nota el esfuerzo que precisan los componentes para moverse por la platea y hacer la puesta en escena sobre el escenario. La arenga “¡canten, larvas!” me parece
genial, así como el vestuario del director como una hoja de árbol enfrentando a los gusanos con coreografía propia.
La canción sobre violencia de género sobre la música de “La quiero a morir” popularizada por Marc Anthony es contundente y comprometida.
La canción final dedicada al Pepe (Mujica) habla de la esencia de la murga: la voz del pueblo, y es interesante que el director cuente con su propio micrófono al frente del escenario, para hacer su solo.
Decente presentación, una vez más una pena la escasa concurrencia de público.
Curtidores de Hongos
Segunda pasada de su espectáculo “Primitivo” y un coro que arranca con un solo de Rafa Bruzzone que despierta una ovación y da la tónica de lo que se viene. Las pantallas muestran imágenes de una moderna ciudad que (al menos desde mi lugar) no logro entender cómo se relacionan con los conceptos de “uruguayensis”, “machiruliensis” o “motosapiensis” que la murga presenta como diversas etapas de la evolución del hombre. Una vez más el tema de la crianza de los niños está presente en el texto murguero, para luego cantarle a los “desencantados” y hacer un racconto de los últimos hechos de corrupción conocidos.
En una noche fresca la irrupción del cuplé de Kiss “la banda de Salle” y su potencia logra ponerle calor a la escasa concurrencia.
En el salpicón hay crítica para todos, tocando entre otros el tema del plebiscito de la seguridad social y los desaparecidos.
La canción sobre el “caso Milagros” es una muy buena denuncia sobre la violencia de género y la salud mental. La iluminación hace que el mensaje sea aún más impactante y el coro estremece, logrando una gran ovación.
La murga finaliza hablando de la evolución y los rituales, con una conmovedora canción final a cargo del Canario Pereira, en un sentido homenaje a la murga como “su lugar”. La mirada de admiración y respeto que le dan sus compañeros no es sólo puesta en escena. Para resaltar al coro las pantallas se apagan momentáneamente, en un gran gesto de austeridad visual. Luego se vuelven a encender y la ciudad inicial aparece rodeada de vegetación, quizás una señal de humanidad luego tanta evolución.
Precioso manejo del volumen del coro (en algún tablado apenas audible, aquí en el Teatro suena perfectamente ante el respetuoso público), para una despedida que, una vez más, tiene a platea y tribuna de pie, antes de los papelitos.