La última noche de marzo se despedía desbordando abrazos y aplausos calurosos de un público que pudo saciar la larga espera con una absoluta entrega musical de Jorge Drexler y Luciano Supervielle.
Sin que entre un alfiler más, sin tener espacio casi para moverse, entraban en el escenario Jorge Drexler y Luciano Supervielle para comenzar el espectáculo con “Polvo de estrellas” del álbum Eco –año 2004 y seguir con “Sanar” perteneciente a 12 segundos de oscuridad –año 2006- y “El Pianista del gueto de Varsovia” dedicada a su padre que se encontraba en la sala disfrutándolo.
Claro que teniendo un pianista con el don de Luciano le dio un toque extra a la delicadeza con la que se presentaba “Perfume” esta vez (y por fin) en Montevideo. Supervielle tenía ahora entonces su especio como solista, dejando al público maravillado con su perfeccionismo sensible y a la vez violento en las teclas blancas y negras.
Invitando a participar a Carlos Casacuberta (ex Peyote Asesino) y compartir con el público la historia de la canción “La edad del cielo”, tocándola con mucha pasión demostrada en ambos rostros y transmitiendo la satisfacción de estar acompañándose en esa noche.
Participando contantemente con su público, demostrando comodidad absoluta por estar en su casa, Jorge pudo admitir su emoción por participar de la inauguración del Estadio de Peñarol sin poder filtrar algún que otro aliento por el cuadro. Así mismo, agradeció constantemente la bienvenida que recibió en Uruguay y se llenó de aplausos para poder continuar con lo planeado, o no…
Drexler haciendo magia para que la noche sea realmente inolvidable se animaba a romper con lo que ya estaba planeado para esta fecha. Jugando con la adrenalina que regala el poder crear algo totalmente nuevo (no ensayado), cumplía el capricho de abrazar con voz y mirada a Gustavo Cordera (ex Bersuit Vergarabat) arriba del escenario. Con una historia de amor anecdótica del Pelado se escuchaba la emoción en sus voces y se apreciaba la alegría en las miradas que intercambiaban al realizar la canción “Milonga paraguaya”.
Un 31 de marzo que se llenó de canciones como “Eco”, “Mi guitarra y vos”, “Universos paralelos”, “Fusión” y “Perfume”; entre otros, pero que también dio la oportunidad a nuevos músicos de compartir la presentación de Drexler, Supervielle y una sala completa. Franny Glass (Gonzalo Deniz) disfrutaba y nos hacía admirar la versión híbrida de “Adonde van los pájaros”.
Se completaba el escenario de la mano de Martín Ibarburú en la batería para dar comienzo al último módulo de la presentación, que continuaba con “Se va, se va, se fue”, “Deseo”, “Bolivia”, “Bailar en la cueva” y “La luna de Rasquí” entre otros.
Atípico es ir a ver a Jorge Drexler a la sala de Montevideo Music Box, dejándola terriblemente chica. Atípico es que se compartan las expectativas de cada uno de los espectadores. Atípico es la unanimidad de emociones colmadas de sonrisas que consiguió esta noche la música como nexo entre Drexler, Luciano y el público uruguayo. Atípico es que la totalidad del público transmita un antes y un después, al sentir la música de Jorge y Luciano.
Al terminar un espectáculo de estas características siempre se valora la respuesta del público. Es decir, si hubo o no expectativas colmadas, si el show permitió un cambio positivo en las personas, las sonrisas y las miradas al terminar y por supuesto los comentarios rápidos a la salida. Lo cierto es que todo esto se sintió favorablemente y como estas andanzas siempre (queramos o no) tiene dos partes –músicos/espectadores- cabe destacar la satisfacción de Jorge Drexler. Satisfacción transmitida con total humildad en cada breve espacio que encontraba durante toda la noche, en su rostro lleno de esa calma enérgica y en su despedida de escenario cuando se arrodilló simbolizando el enorme “gracias” que el público debió descifrar.
“LOS CAMINOS DE IDA EN CAMINOS DE REGRESO SE TRANSFORMAN, PORQUE ESO: UNA PUERTA GIRATORIA, NADA MÁS QUE ESO ES LA HISTORIA”
Imagen portada: «Perfume» – Jorge Drexler & Luciano Supervielle – MMBox – 31 de marzo de 2016 – Fotos © Silvia Pedrozo
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