Carolina Passeggi es arquitecta, estudió idiomas, teatro, es docente y estudia y saca muchas fotografías. No se considera propiamente una fotógrafa, pero fue ese el interés que nos atrajo para incorporarla al ciclo Clic de este portal. Nació en Montevideo, y se considera capitalina por donde se la mire, ya que no sabe vivir sin la locura de la ciudad. Se ha mudado muchas veces, pero define como propio el barrio Palermo.
“Básicamente soy una persona común, con algunas rarezas para condimentar” nos cuenta Carolina. En la siguiente entrevista podemos conocerla más a través de una de sus pasiones: la fotografía.
“Hay que nutrir la retina, definir qué es lo que a uno le interesa, qué es lo que quiere contar”
-¿Cuándo empezaste a hacer fotografía?
-Empezar decentemente y con conocimiento de causa debe haber sido después del viaje (de Arquitectura), cuando tuve una cámara decente (2005). Cuando era chica me gustaba mucho, pero era un peligro, sacaba un montón.
-¿Qué es lo que más te entusiasma de la fotografía?
-La capacidad expresiva. Miradas hay muchas, pero podés encontrar una línea de pensamiento o composición personal. No sólo lo que yo muestro, me gusta ver cómo miran los demás.
-¿En qué piensas cuando estas encuadrando?
-En un montón de cosas, pero eso es por la formación!. Siempre me gustó componer en el cuadro. Rara vez uso elementos centrados, siempre busco alguna tensión. Pero ahora además me fijo en el plano anterior y en el posterior. Trato de pensar la foto sin recortes, entonces si hay algo atrás que distorsiona la atención, trato de sacarlo del cuadro. Antes no me pasaba eso, porque veía sólo lo que componía. Pero es verdad que hay veces que elementos contaminan; y cuando no son buscados, trato de sacarlos.
-¿Cómo se te ocurren las ideas? ¿Tenés una libreta de apuntes?
-Un poco gracias a Magela Ferrero tengo un cuadernito específico, y siempre tengo una libreta en la cartera. Lo que estoy pensando es incorporar un grabador a mi vida. Tengo un montón de proyectos que por ahora están en papel, esperando hacerse tangibles.
-¿Cuántas tomas realizas hasta conseguir la imagen que quieres?
-Las que precise. Igual a veces me sobro, porque más o menos ves el entorno y sabés como configurar la cámara. Tiro y veo si quedó como yo la había imaginado, y sino toqueteo un par más. Igual soy capaz de esperar un rato mirando por el visor hasta tener las condiciones que espero. Sobre todo cuando estás retratando personas, o en recitales.
-¿Qué hace que una imagen llame más la atención que otra?
-Y… depende del estilo. Si es un retrato me gusta que se logre que la persona retratada te trasmita algo. Un pedacito de su historia. Si es un paisaje, me gusta que sea algo que lo haga único, no que sea un fondo de power point. Si es una foto de cosas comunes, le presto atención a la composicion. Y si es una foto de autor, me gusta identificar a la persona en lo que estoy viendo; cuando uno logra una impronta personal y es capaz de trasmitirla, eso lo puede captar el receptor.
-¿Crees que los fotógrafos deben tener una filosofía para hacer un buen trabajo?
-Creo que va en cómo se plante como artista, y el tipo de trabajo que está haciendo. Si estás haciendo fotoperiodismo no podes disociar el trabajo de tu pensamiento personal. Uno en las fotos se muestra a sí mismo, pero para mi eso es suficiente. La personalidad tiene tantas capas, que una filosofía específica la tomo como una más. Es parte de tu ser. La tenés, no la tenés, todo te define.
-¿Puedes contarnos tu proceso de edición?
-Edito sobre todo los encuadres, recorto o enderezo. A veces toco los niveles, y a veces la saturación. Nunca pierdo la original, me gusta ir comparando a medida que edito. A veces la foto te lo pide, pero no siempre. No edito todo, pero me paspa el concepto de «y no le toqué nada, es la foto original!». El ojo del artista se ve también ahí. Sin pasarte de mambo, si sabés como ‘toquetear’ la foto para mejorarla yo te respeto. No te da más valor el hecho de que tus fotos desde la cámara ya salgan como un cuadro!
-¿Trabajas con metadatos en una fotografía?
-No, pero por vaga. Como compartimos cámara con mi marido lo que hago es colocarle el autor. Tengo intención de hacer un buen manejo de nuestro archivo, ¡pero eso requiere tiempo!
-Con la aparición de las cámaras digitales y la cantidad de disparos ¿se mira menos?
-No creo. Se mira igual, se fotografía más. Yo saco muchas fotos con la retina. Pocas veces saco fotos por compromiso. Es más, para sacar foto turista en general utilizo algún elemento distorsionante, por ejemplo, un oso de peluche. Esto lo hice antes de ver a Amelie! Teníamos un conjunto «el oso estuvo en…» para justificar las fotos que nos embolaba sacar. Esto durante el viaje.
-¿Qué esperás de la gente al ver tus fotos?
-Principalmente que las critiquen para yo crecer como artista. Pero sobre todo despertar algo. En general no despierto rechazo, como los períodos raros de Cindy Sherman, que me parece genial. Tampoco tanto cinismo como Martin Parr, aunque me encantaría tener su cabeza! Principalmente quiero que me lean a mí, que puedan decir «esta es una foto de Carito»
-¿Qué opinas del derecho de autor de la imagen y su relación con las redes sociales?
-s un tema que confieso recién me estoy empapando ahora. No me molestaría a mi que utilizaran mis imágenes, pero si estoy convencida de que el autor siempre se tiene que mencionar, y además tienen que conseguir el consentimiento del mismo. Capaz atado a la pregunta anterior de filosofía, no me gustaría que usaran una foto mía para un tema con el que no concuerdo.
Las redes sociales son una buena plataforma para mostrar lo que uno hace. Los artistas son conscientes y respetan la autoria del creador; probablemente el resto de la gente no. Creo que hay que culturizar un poco más al usuario común.
-Es posible vender fotografías en Uruguay?
-A nivel de prensa si. Como hecho artístico me parece que sólo los consagrados lo logran. Capaz hay que preguntarse como se consagra uno para poder hacerlo! jeje
-¿Qué te parece que hay que hacer para fomentar la fotografía en Uruguay?
-Llevarla a la gente. Muestras se hacen. Las fotogalerías a cielo abierto son muy buenas, te llevan la cultura al lugar donde está el receptor. Más fotogalerías de este tipo; más instalaciones urbanas; atomizar para generar interés, para saber que existe gente que quiere mostrar su trabajo. Hay que facilitar el acceso a la cultura. Muchos museos se visitan sólo en la noche de tales!
-¿Se puede vivir acá de la fotografía?
-Si sos Roberto Fernández Ibáñez, o José Pilone, capaz si. Es como vivir de la música. Capaz si sos artista conocido y das cursos puede ser. Pero sólo de vender fotos soy bastante escéptica que funcione.
-Como fotógrafo ¿es fácil acceder a galerías y salas para exponer?
-Yo creo que no, pero la verdad nunca lo viví. Tampoco me defino a mí como fotógrafa. Creo que hay un grupete que anda al alpiste de las oportunidades que puedan dar. Lo mismo con las publicaciones.
-¿Qué consejo darías a un fotógrafo que recién empieza?
-Que mire mucho, que lea, que vea lo que hacen otros fotógrafos. No pasa tanto por saber usar una cámara. Para mi no sé es buen fotógrafo por saber usar controles manuales de tu cámara. Hay que nutrir la retina, definir qué es lo que a uno le interesa, qué es lo que quiere contar, o no.
-¿Estás trabajando en algún proyecto que nos puedas contar?
-Estoy trabajando en varios, pero sólo uno vio la luz y la crítica de mis compañeros. Lo nombré Retratos mínimos, y se gestó por identificar en mi archivo cierto tipo de fotos que me gusta hacer. Tengo en mi cuadernito algunos en desarrollo, y otros pensados a largo plazo. Pero también estoy explorando los distintos tópicos que nos plantean en el taller, para ir identificando intereses y talentos. Algo saldrá de todo esto!
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