Bajo la consigna “Chau arena, Hola cemento”, los Buenos Muchachos se presentaron el jueves 12 de febrero en Bluzz live.
Qué decir de Los Buenos que no se haya dicho antes. Yo diría que si viene un extranjero a nuestro país y me preguntara que banda local debería recomendarle, no dudaría en darle en mano 2 o 3 discos de los Buenos para que se lleve a su país, y que los viralice (y quien no esté de acuerdo con lo que opino, escucho fundamentos sólidos que afirmen lo contrario). A mi entender pocas bandas de Rock uruguayas, son tan Montevideo, Buenos Muchachos son Montevideo. Son poesía, ruido, locura contenida, caos, armonía, grises, frenéticos, y fue en esta gran noche en que la banda encabezada por Pedro Dalton nos entrego un show basado en sus grandes canciones. El comienzo fue con “Solo pienso” de “Se pule la colmena” (Bizarro, 2011), su último disco hasta la fecha. Siguieron clásicos de los 90´s como “Cecilia”, “Desestresandome”, o “Preludio de las cazadoras del Rio de la plata” (“Aire Rico”, 1999) y “Ooh hooh” (“Dendritas contra el bicho feo”, 2000, reeditado por Bizarro en 2008), temas que suenan cada vez mejor en vivo y más al pasar de los años (cabe señalar que el sonido de Bluzz como de costumbre fue impecable). Recorrieron “Coral #5” y “Temperamento” (quizás el pico más alto de la noche, basta con ver la reacción del público en un lugar tan intimo como Bluzz, todo una bala infalible, una patada directa al pecho). Siguieron desde “Amanecer Búho” (Bizarro, 2004), “Carlos, su auto y la calle mojada”, “La hermosa langosta aplastada en la vereda” junto con “¿Qué haces joâo?” y “Villete de oro” de “Uno con uno y así sucesivamente” (Bizarro, 2006). Y de esa manera se iba una de las dos partes en la que se presento el espectáculo.
Durante un show de los Buenos, si uno se anima a ver de cerca las caras de los presentes, se encuentra con rostros llenos de placer, de locura, ojos cerrados, concentrados, etc, etc, porque eso son los Buenos en vivo, son una invitación a sentir, a vibrar, algo que ya muchos consideran todo un culto, una ceremonia donde las guitarras de Gustavo “Topo” Antuña y Marcelo Fernández otorgan la banda sonora perfecta (saben muy bien de eso, Ojos del cielo es la prueba correcta), suben, bajan, rockean en riffs perfectos, juntos, sucios, separados, desde la distorsión garagera grunge a sonidos limpios que generan ese trance psicodélico (teclados mediante) que hacen el total disfrute ceremonial para la audiencia presente. Y Pedro Dalton sabe de qué se trata manejar la máquina de poesía ruidosa en que es por momentos la banda. Armado con su micrófono, un pedal y un megáfono es sin dudas hasta la fecha la voz poesía (sucia, gutural, profunda y temperamental, lo que hace y dice, yace y proviene desde sus vísceras como si fuera puro instinto animal su canto) con mas personalidad del rock nacional (entiéndase marcar la diferencia, como la forma de trascender al tiempo, de despegarse del resto). Y al igual que los demás integrantes del grupo, ellos han sabido perfeccionarse cada uno desde su lugar, (producto de la experiencia, proyectos personales, mucha carretera, de llevar la creación al límite, o vaya a saber uno cual es la respuesta) y quizás este también sea el porque de que en cada disco han transgredido a su antecesor, desde “Nunca fui yo” (1996, reeditado por Bizarro en 2010) hasta ”Se pule la colmena”, el camino creativo de los Buenos ha ido en bestial accenso, sin tratarse de una banda que busca batir records de asistencia, tratando de agotar el teatro de verano cuatro veces o llenando estadios en Buenos Aires, porque con lo que ellos hacen, eso no se puede, desgraciadamente (o quizás no) por razones obvias de coyuntura cultural, lo de los BM va por otro lado, va por el lado de la superación creativa (o quien duda que “Amanecer búho” o “Uno con uno así sucesivamente” son quizás de los 2 mejores discos del rock nacional de todos los tiempos?). Es por eso que quienes disfrutan de los Buenos, disfrutan de Todas sus canciones, y eso, es porque creen en el grupo, en su identidad, casi como una religión fundamentalista del rock local, el porque? Los BM han hecho muy bien las cosas, han recorrido un camino que tuvo de todo para llegar hasta aquí (“el camino es la recompensa” como dice el gran Oscar Washington). Y sumémosle a eso que el grupo deja todo en vivo, sangra en escena y eso siempre se paga muy bien para algunos de los otros buenos que están debajo del escenario. Hubo tiempo para “Vos más que vos”, “Lengua distorsión”, “3 solteros, ven”, “Milagros” (sus juegos de guitarras ya son un clásico del rock nacional a estas alturas), “Pavimento del buen muchacho” y “Un salto en la ciudad”, para cerrar con el infaltable cover de Pixies, “Isla de encanta”, que ya podría considerarse un tema propio hasta aquí, y que ha acompañado al grupo desde siempre (zapada infernal mediante).
Este 2015 encuentra a los Buenos más firmes que nunca, con una bolsa repleta de las mejores canciones del rock nacional, y a nosotros, después de hoy, optimistas, de que en algún día de este año, nos regalen la gran obra maestra de toda su carrera (aunque parezca difícil superar sus discos anteriores, creo, así será), agregando un nuevo capítulo a su prodigioso catálogo. Excelente toda la gente de Bluzz live una noche más, clap, clap, clap. Salud por los Buenos, y nos vemos en Abril en La Trastienda.
Imagen portada: Buenos Muchachos – 12 Feb. 2015 – Bluzz Live FOTO © Fernanda Aramuni
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