16 Feb 2016
Nací en 1976. Soy escritor (de cuentos y poesías, amén de otras barbaridades). Edité “Cacareos poéticos y poemas de amor misógino” y los libros de relatos “Porrovideo”, “Cuentos llenos de abrojos” y “Micromundos”, además de participar con mis textos en diecisiete antologías y diversas publicaciones en Uruguay y en el exterior. De la época en que participaba en concursos fueron quedando distribuídos por la casa unos treinta premios, diplomas, trofeos y medallitas que mayormente sólo sirven para decorar y acumular polvo.
Soy un melómano aficionado (coleccionista empedernido de cd’s y mp3’s), un lector compulsivo que va llenando bibliotecas y más bibliotecas y un obsesivo por el órden en todo lo que me rodea. Me encanta el cine, sobre todo el cine no comercial y las bizarreadas que me hagan reír. Prefiero la risa a la falsa solemnidad, el fútbol a la ópera, la feria al shopping, la izquierda a la derecha, un mal vino con amigos antes que las mejores uvas en soledad. Reciclo, cuido un jardín, hago compost, busco comprender los mecanismos espirituales que nos envuelven y la causa para la que fui puesto en este lugar y en este tiempo. Conservo excelentes relaciones con el niño que fui y con el adolescente que quería cambiar al mundo.
Todavía quiero cambiar al mundo.
LA DE LENTES
Hablaba de la poesía de Lautréamont
y yo sólo veía sus ojos cohetes lacrimógenos
el anuncio de neón entre sus caderas
Yo sólo me la quería cojer
Decirle linda hubiera sido menos que estornudarle el alma
linda como una piedrita en el zapato
linda como el temblor de mis huellas dactilares
linda como el encuentro de Maldoror y Conan el bárbaro
Yo en realidad sólo quería cojérmela
(oh generosas y muy sentidas masturbaciones de aquellos días)
Yo rugía/puteaba/ardía por cojérmela
Siguió hablando
(¡oh, su intelecto! ¡oh, su originalidad!)
De su boca partieron combinaciones extrañas de palabras triviales
Cacareó del arte y la literatura
de la función del hombre sobre la tierra
de la abundante literatura sobre la función del hombre sobre la tierra y sobre la literatura
Yo entendí que había que huir
porque estaba mareado y con mucho miedo
porque ya no sólo me la quería cojer