En las primeras semanas de abril comenzó a prepararse la Sala XL del Centro de Exposiciones Subte con la muestra «Poéticas del silencio, una muestra que plantea hacer un homenaje a una acción política no partidaria: “La marcha por los desaparecidos”.
Un tema que existe en nuestra sociedad y si bien no me tocó vivirlo tan de cerca sus aristas llegaron a mi, ya sea por historias de familia, esas que te quedan grabadas por la repetición, la carga emocional del relator, el contagio de indignación, historias que viviendo en democracia parecen ciencia ficción. Quema de libros, torturas, personas identificadas con letras, seguimiento y desaparecidos. Cada cuarentón y más deberá de llevar una carga de estas historias en su mochila.
Y es bueno que los nacidos en democracia puedan hacer el ejercicio de ubicarse históricamente para darle el valor a la memoria que hoy se reclama. No es un tema que compete a una moda, es el tema que al solucionarlo nos forjará como sociedad, que se cierre una etapa, que se practique la justicia y se conozca la verdad.
Me comuniqué con la artista Raquel Lejtreger para poder hacerle un seguimiento a modo de fotorreportaje el cual aceptó y me fue contando los procesos de creación de su obra, los materiales que utilizó, el porqué de ellos, la forma y disposición.
La obra a seguir El traje nuevo de la emperatriz, 2008. Versión IV
Instalación. Bloques de hormigón, tanza, papel de polyester impreso.
Esta obra podría definirse como un remix del discurso de los otros hacia Raquel Lejtreger, una edición de las palabras que le escribieron. Al estar editadas por la propia artista se lo podría clasificar en la hipotética categoría de documental subjetivo, operando como un transmutador del pasado en historia, pero no una historia lineal sino una historia estructurada en múltiples dimensiones, tantas como las interpretaciones que surjan de quienes deseen descifrar, mediante lecturas diagonales éste tejido de significados. Éste proceso podría asimilarse a lo dicho por Ercole Lissardi acerca de los escritores y los lectores, que a mi entender se hace extensivo a todos los lenguajes simbólicos: «No existen los escritores y no existen los lectores – excepto para el sistema educativo y para la industria del libro – ni existen los géneros – excepto para los académicos: lo que existe son estructuras de subjetividad que por milagro coinciden, se sincronizan y entonces escribir y leer son lo mismo…”
El traje nuevo de la emperatriz, visible solo para los que vienen a jugar.
Entre hilos y nudos fue armando su obra, mientras me relataba los procesos de cada texto, esas cartas que recibió de familiares y de su padre preso político. “Creo que todo lo que está allí es super íntimo. Íntimo y público a la vez. Creo que el texto cobra valor en esa intimidad con el lector, que necesita literalmente irse metiendo dentro de la obra. Hay un macro – micro, el todo y la parte”.
-¿Cómo llegas a la elección de los materiales para tu Instalación de Bloques de hormigón, tanza, papel de polyester impreso?
La obra que presento en esta muestra, El traje nuevo de la Emperatriz (versión IV), fue ejecutada por primera vez en el marco de Satélites de Amor 06, Políticas de la Afectividad, en el MNAV, en 2008. Satélites de Amor, fue un proyecto que tuvo su expresión en un ciclo de exposiciones, curado por Jacqueline Lacasa, que era la Directora del Museo.
Mi obra es resultado del trabajo muy rico y denso, que un grupo de artistas textiles, realizamos durante más de 6 meses con Jacqueline.
Las palabras fueron lo que surgió primero en ese proceso creativo, el polyester es el soporte que elegí para las palabras.
La tanza, es una urdimbre y también trama, protagonista discreta e importante.
El hormigón es el material que seleccioné para los cubos, es un significante que de forma honesta sostiene y expresa el rol que esos cubos tienen en el concepto de la obra.
-¿Cómo surge la idea de una muestra – homenaje a la marcha por los desaparecidos?
En este caso yo fui invitada a ser parte de la muestra, lo cual es un honor, un orgullo.
Los curadores, y por tanto los que pueden dar cuenta de la generación de la idea, son Annabella Balduvino, Elbio Ferrario y Rulfo, así como la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Entiendo que el concepto es amplio, y que se trata de la memoria, el no olvido, la resistencia, la persistencia, la resiliencia.
-¿Consideras que la marcha en sí misma tiene también aristas artísticas?
Considero que tiene es una expresión también simbólica.
Una manifestación colectiva, una acción política que se desarrolla en uno de los espacios históricamente más significativos de representación de la democracia, que llega a un lugar semantizado y resemantizado muchas veces por el pueblo uruguayo relacionándolo con los derechos humanos como es la Plaza Libertad (imposible olvidar esa plaza en marzo de 1985, con el canto de las a las mujeres ex-presas políticas, recién liberadas). Todo ello tiene un carácter profundamente simbólico.
Ausencia y presencia, vacío y multitud, silencio y canto.
-Las obras que se presentan tienen una línea ética ¿cómo es ese trabajo a la hora de crear? cuánto incide y cuánto limita?
La ética no está en las obras sino en las personas.
Todas las acciones que realizamos las personas tienen una línea ética. También la producción de arte. La cuestión es que se trata de distintas éticas.
Incide siempre, de forma explícita o implícita.
Cobertura inauguración POÉTICAS DEL SILENCIO (20 AÑOS DE MARCHAS) / SUBTEMVD
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