Ver Wicked: For Good por primera vez en el auditorio UCI Sūhai de São Paulo fue una experiencia difícil de describir. Más de dos mil personas reunidas, muchas de ellas verdaderos fans que han esperado años por este momento, crearon un clima único. La energía, los aplausos, las risas y las emociones compartidas transformaron la avant-première mundial en algo más que una proyección: fue una celebración. Esa conexión entre la pantalla y el público fue tan intensa que por momentos parecía que todos estábamos dentro de la historia.

Tuve la oportunidad de asistir a este evento como periodista y también a la conferencia de prensa con Jon M. Chu, el director detrás de esta producción monumental. Escucharlo hablar sobre Wicked ayuda a entender por qué la historia emociona tanto. Chu explicó que, más allá del espectáculo, lo que lo mueve de esta historia es su mirada sobre la empatía, el coraje y la amistad. “La magia más poderosa que existe en Oz —nos dijo— es la capacidad humana de comprender al otro, incluso cuando el mundo insiste en dividirnos entre buenos y malos.” Esa idea, tan simple y profunda, atraviesa toda la película.
Chu también habló sobre la decisión de dividir la historia en dos partes y filmarlas juntas, desde el principio. Contó que esa estructura no nació del azar ni del marketing, sino de la necesidad de dar espacio real a las emociones y al crecimiento de sus protagonistas. “Era imposible condensar toda esa evolución en una sola película —dijo—. Wicked y Wicked: For Good son dos actos de una misma obra. En la primera conocemos a las jóvenes que descubren quiénes son; en la segunda vemos cómo enfrentan las consecuencias de sus elecciones.”
Lo interesante es que, aun sin haber sido fanática del musical ni conocer los libros, la película logra atraparte completamente. Para quienes llegan por primera vez, Wicked se siente como una historia con identidad propia, sólida y emotiva. Y para los fans de toda la vida, hay momentos que funcionan como una recompensa: revelaciones y guiños que estaban esperando ver, pero presentados con una sensibilidad muy cuidada.


















































