Alejandra González Soca es artista visual y Licenciada en Artes Visuales por la Universidad de la República. Desarrolla su actividad a través de prácticas vinculadas a la instalación, la escultura y la fotografía. Ha realizado clínicas y talleres sobre arte contemporáneo, mediabiografía y video experimental con Carlos Capelán, Virginia Villaplana, Clio Bugel, Claudio Caldini y Mark Street. Desde 1999 co dirige el espacio de arte independiente “Casa Berro” donde desarrolla su investigación y práctica artística y docente.
Participó en exposiciones individuales y colectivas en Uruguay, México, Argentina , Cuba, España y Paraguay.
El año pasado su instalación “Ficciones Artiguistas”, creada junto a Aldo Baroffio, fue una de las obras más interesantes que brindó el ámbito artístico local, recorriendo Buenos Aires, Asunción, Montevideo, Paysandú, Colonia y Maldonado. Hoy, en retrospectiva, le consultamos a Alejandra sobre esta instalación pero aprovechamos para indagar también sobre su proceso creativo y lo que piensa del arte visual actual, incorporándola a nuestro ciclo Plásticos de esos que ves por ahí.
“El lugar con el que uno contacta al momento de hacer arte es más complejo que un universo categorizado, jerarquizado, es mucho más vivo que el universo del pensamiento puro”
-¿Cuándo empezaste en el arte?
-Difícil establecer un principio…desde siempre me gustó dibujar, construir, aprender, mezclar…
Cuando llegué a Montevideo a estudiar Psicología me contaron que existía una Escuela de Bellas Artes y para allá fui a explorar. Al terminar ese periplo me costó encontrar nexos con un proyecto personal, no encontraba caminos y no tenía muchas referencias de otros artistas locales, sus trabajos y experiencias, fue un período de empantanamiento.
Busque entonces ampliar mi formación, participe de encuentros y talleres, encontré referentes locales e internacionales. Desde ahí se abre un mundo más amplio, el diálogo, el encuentro y discusión me aportan, sobre todo aquellos que te dejan inquietudes, destapan necesidades y ayudan a ordenar y a realizar elecciones, todo esto no es nada fácil, creo que esa intensidad tiene que ver con el arte. Es difícil hacer arte mirándose exclusivamente el ombligo, hay un mundo fuera, un montón de gente pensando en todas las áreas y disciplinas, haciendo cosas interesantes y que te alimentan como ser humano.
-¿Qué intentan exteriorizar tus obras?
-Los procesos que me atraviesan y mueven desde la relación con el mundo y con los otros. Hay ideas eje que me interesan como: la visibilidad de los procesos mínimos que nos contactan hacia adentro y afuera, el tiempo, la construcción de la memoria y la historia, como fenómenos mutables en tanto pueden ser re-significados, la transformación de lo material y el espacio suspendido entre lo que es y lo que será. Lo cíclico (la regularidad de ciertos ritmos). Las cosas naciendo desde un sustrato (teniendo una cierta invisibilidad cuando están en estado “germinal”, en potencia, cuando están por ser) volviéndose visibles, aparentes, lo fenomenológico (lo que aparece), para luego al descomponerse volver a perderse en ese mismo sustrato. Las cosas (efímeras) naciendo de una matriz universal (que parece ser más permanente) para terminar disolviéndose en esa misma matriz, fundiéndose con ella. La vida y conciencia como una emanación de ese sustrato previo.
-¿Cuánto hay de pensado y de espontáneo en tus obras?
-Hay procesos continuos que no sólo involucran el pensamiento. La obra emerge cuando se le da un espacio que es de un carácter casi ritual y se construye de muchas maneras, pero sobretodo con trabajo, con un hacer, investigar, procesar, armar y desarmar.
Creo que el pensamiento suma mucho en el día a día mientras uno construye un punto de vista, una cosmovisión, busca modos personales de ver e involucrarse con la vida. El pensamiento y el ejercicio del juicio crítico es una herramienta que ayuda a encontrar soluciones y nuevas vueltas de tuerca a una idea eje. Pero en el mismísimo momento de la concepción creativa creo que el pensamiento puede ser incluso una trampa para el arte. Se corre el riesgo de que el pensamiento se transforme prontamente en censura o acomodación. El lugar con el que uno contacta al momento de hacer arte es más complejo que un universo categorizado, jerarquizado, es mucho más vivo que el universo del pensamiento puro.
-¿Con qué herramientas, materiales y temáticas trabajas más? ¿Por qué eliges los materiales que utilizas para trabajar?
-Utilizo materiales simples, cercanos, vivos: tierra, semillas, papel, yeso, madera, ropas, fílmico y objetos desechados. Trabajo en una relación física muy cercana con los mismos, los corto, modelo, ato. El registro es fundamental, para seguir la acción transformativa y los procesos desarrollados.
-¿Tienes una medida estándar para trabajar?
-No, particularmente.
-¿Cuánto hay de independencia en cada obra y cuánto de relación con la anterior y la siguiente?
-Hay un vínculo entre todas las obras, especialmente en los últimos 10 años porque lo que hay detrás de ellas es un sentido intención (ahí viene lo de la cosmovisión unificadora, tu modo de ver el mundo). Las obras son expresiones desde distintos ángulos de esas áreas que me interesan o temas que me tocan.
-¿Cómo crees que influye o puede incidir el tiempo para con tus creaciones?
-Es un factor central, me interesa hacer patente sus expansiones y contracciones, sujetar la obra a la temporalidad registrando el proceso de sus modificaciones. Esto hace evidente nuestra conciencia del paso del tiempo y el efecto sobre la materia propia, como nos afecta y como afecta lo que nos rodea (y también nos afecta así).
-¿Qué buscaron generar al trabajar la figura de Artigas en Ficciones Artiguistas?
-Revisitar y abrir espacios para la reflexión en torno a la idea de héroe, nación y uruguayidad a partir de un personaje icónico, pasible de múltiples usos e interpretaciones. Al mismo tiempo desde una meta perspectiva reflexionar sobre el propio concepto de historia. Qué historia, para qué, cómo y desde dónde se construyen relatos históricos. Como los mitos edifican idiosincrasias o sirven como pilares para construir identidad, forjar ideas, etc. El uso político de la historia, lo objetivo y lo subjetivo en el relato histórico a partir del caso concreto de Artigas. La identidad, la nación, la idea de patria y cómo uno se sumerge y queda a la vez parcialmente transformado por estos “constructos “.
-¿Se puede vivir del arte en Uruguay?
-Respuesta 1 – Vivir como economía: algunos artistas pueden y además en el mundo muchos lo hacen. En la medida en que como colectivo reafirmemos esa idea a través de emprendimientos es posible que se logre ver y valorar el trabajo artístico.
Respuesta 2 – Vivir como lo que tiene ánima, lo que se mueve, respira: se puede estar en movimiento, mantenerse nutrido, sin perder el alma haciendo arte en Uruguay. Está bueno intentarlo, quizás sea interesante pensar más allá de las fronteras. El mercado es chico y hay mucha oferta de arte. Es decir en términos económicos, oferta y demanda estaría súper complicado si lo pensamos en Uruguay como sistema cerrado.
-¿Crees que en el arte contemporáneo todo es válido?
-En cuanto a los medios todo es válido, el tema es que ese medio construya sentido desde la intención del artista, cosa que no todo lo hecho lo logra.
Lo que no me interesa mucho son los gestos vacíos, las puras ocurrencias que rascas y no hay nada abajo, o lo que hay abajo le falta algo que importe decir.
-¿Cuál es tu opinión de la escena local en cuanto a las Artes Visuales?
-Está muy compartimentada, cuesta establecer contacto con otros colegas desde el lugar de la construcción y la circulación y no para generar guetos.
Por otro lado, hay mucha diversidad y mucha calidad de obra, lo que es estimulante. Creo que de a poco esos “guetos” se van abriendo, nos vamos conociendo. La labor del artista visual suele ser muy solitaria. Esta bueno salir de ese lugar, compartir, apoyar, aprender con los otros.
-¿Cuál es la relación del artista con las galerías y museos?
-En los últimos tiempos he tenido oportunidad de ir encontrando espacios en la “escena artística”, en los espacios expositivos, en territorios desde donde se da una determinada “validación”. No es fácil, requiere aprender cómo funciona un aspecto, quizás el menos “romántico” del hacer artístico que es sin embargo el más “darwiniano”. La supervivencia como artista en el medio, en determinado ecosistema. En definitiva la inteligencia (capacidad de resolver problemas) para sobrevivir.
El artista se mueve dentro de esta tensión, dentro de esta dialéctica. Esto lo vuelve todo muy difícil y complejo. Para una artista es esencial la honestidad (creativa, intelectual, etc.) y el trabajo con libertad (sin concesiones).
Hay varios casos donde las convocatorias son transparentes e incluyentes donde uno tiene oportunidad de presentar proyectos, mostrar lo que estás haciendo.
Me parece bueno alentar todo lo que tiene que ver con este tipo de convocatorias que invitan a trabajar, pensar, generar proyectos y que no son cerradas, permiten que uno acceda.
-¿Qué harías para mejorar la relación artista – galería de arte – público?
-Es difícil hablar en genérico de estos tres términos. Pero hay elementos que podrían aportar: acceso a la información, la formación de públicos con un proyecto coherente que abarque todas las edades y condiciones sociales, y generar estrategias de gestión (realizadas por gente idónea).
-¿Cuáles son tus referentes artísticos?
-Es difícil hablar de referencias, porque abarcan un universo muy amplio que tiene patas en mi historia, en mi vínculo fascinación con mi abuelo inventor – coleccionista, en mi viejo armando y desarmando objetos, en mi vieja, su amor por los libros, sus raíces en la tierra y su “mano verde”…
En el arte (sentido amplio) he encontrado referencias, coincidencias y confluencias.
Me han aportado a mi formación y acción Figari con sus rocas y trogloditas, Grippo sus papas y transformación, Capelán desde el pensamiento y construcción, Philip Dick desde sus mundos paralelos, Marosa di Giorgio desde su exuberancia sincrética, Janine Antoni desde su acción en la materia, y otros… La música es un referente global que me afecta e integro a mi obra, comparto mi vida con un compositor, creador alucinante –Dany López- con el cual constantemente estamos invadiéndonos en los terrenos creativos.
-¿De qué manera das a conocer tu obra al mundo?
-Exposiciones, acciones en el medio, encuentros, blog
-¿Crees que el público uruguayo sabe apreciar y consumir arte?
-Creo que algún público uruguayo sabe apreciar y consumir arte. Es interesante pensar no sólo en el espacio para los artistas sino también en una parte importante de todo este sistema que es el público como participante, no pasivo. El arte puede terminar quedando muy encapsulado, como un fenómeno de elite, si no se acompaña con la formación de público. Ayudar a la gente a acceder al arte, sin dar digerido los contenidos, que sería subestimar al público. Esto no sólo tiene que ver con la información de los eventos sino también con un trabajo de sensibilización (esto creo es algo que se puede hacer desde la escuela). En este sentido, los medios de difusión, prensa, TV, internet, redes sociales, pueden hacer mucho. De hecho hay varios medios que ya están llevando a cabo una tarea interesante e importante.
-¿Qué opiniones te merece el arte y las redes sociales?
-Es un espacio accesible desde el cual se puede compartir trabajo y procesos, retroalimentarse, explorar, conseguir fuentes y recursos además conectar tu trabajo con el mundo.
-¿En qué proyectos trabajas actualmente?
-Estoy trabajando en proyectos que exploran la idea de ruptura y transformación de las superficies, espacios y objetos y lo que pasa en esas zonas que queda entre lo que es y lo que no es, donde aparece lo no esperado, tal vez lo no querido, como re aparición.