“LA HORA DE LOS DEPREDADORES” es un libro del ensayista y politólogo italo-suizo, nacido en Francia, Giuliano Da Empoli.
Publicado en francés en 2025 y traducido al español este mismo año. Da Empoli inicia su libro con un ejercicio de comparación entre la Conquista de México en el siglo XVI y la de los conquistadores tecnológicos sobre el poder político en el siglo XXI.
Los políticos tradicionales se han comportado con los conquistadores tecnológicos como Moctezuma con Hernán Cortés: decidieron no decidir, y someterse con la esperanza de que un poco de la magia los alcance.
En cualquier capital del mundo la escena del México de hace 500 años se repite: los Musk, los Zuckerberg o los Bezos, bajan de su jet privado para perder el tiempo con el líder tribal obsoleto, que después de recibirlo con gran pompa, mantiene una breve entrevista privada en la que le ruega le conceda invertir en un centro de investigación o instalar un laboratorio de inteligencia artificial, para terminar, conformándose con una selfie.
Los conquistadores terminaron por imponer gradualmente su imperio y hoy ha llegado la hora de los depredadores. Vivimos en tiempos maquiavélicos. Como cuando el secretario florentino Nicolas Maquiavelo instruía al príncipe, Cesar Borgia, para afirmar su poder dentro del caos, cuando todos luchan contra todos y la fuerza vuelve a ser la única regla del juego.
Maquiavelo convirtió a César Borgia en una verdadera bestia del poder, cuya máxima política más importante es ejercer la ACCIÓN, pero no cualquier acción, sino la acción resuelta e irreflexiva. Un entorno caótico exige decisiones audaces que cautiven la atención y sorprenda a los oponentes, no la acción de un gris tecnócrata, sino la acción propia de un depredador, audaz y expeditivo, como los políticos encarnados en Bukele, Trump, Bolsonaro o Milei, forzando los límites de la democracia; y toda una nueva legión de borgianos tecnológicos, los conquistadores digitales, señores de la guerra digital y sus milicias, imponiendo la estrategia del caos, un caos que se ha convertido en la marca del poder dominante.
Estas nuevas especies depredadoras, políticas y digitales, no están dispuestas a soportar ningún límite a su voluntad de poder. Ya no se conciben límites frente a la lógica de la fuerza, de las finanzas y las criptomonedas, o de la Inteligencia Artificial. El orden global se somete a la ley de la selva.















































