Recorrido por el libro “EL POBRE DE DERECHA”, con el subtítulo “La venganza de los bastardos”, escrito por el sociólogo brasileño Jessé Souza, publicado en portugués en 2024 por Civilização Brasileira, y todavía no traducido al español.
La pregunta central sobre la que gira esta obra es ¿Por qué una parte significativa de los pobres vota masivamente en todo el mundo por candidatos de la derecha radicalizada? ¿Cómo fue que sucedió esto?
Y en el transcurso del libro Jessé Souza desestima que se trate de razones de índole económica las que generan este fenómeno novedoso en Occidente, de pobres votando a un sector político, como la extrema derecha, que habitualmente perjudica a los más desprotegidos y privilegia a los más poderosos.
Si, como dice Souza, las razones no son económicas, entonces ¿cuáles son esas razones? La respuesta del sociólogo brasileño es que las razones son morales.
Para sostener esta hipótesis de que es una motivación moral lo que moviliza a los pobres a votar por candidatos como Trump o Bolsonaro, Jessé Souza elabora una interesante teoría, a la que llama “Síndrome del Joker”.
Basándose en el personaje de la película “El Joker”, de 2019, plantea que sus características son más habituales que las que se supone en este mundo neoliberal en el que vivimos: este antihéroe es pobre, cuida de una madre enferma y es constantemente humillado en casa, en el trabajo y en la calle. Humillado por su madre, por sus colegas, por el gobierno, por los otros. Y es humillado finalmente, por la atroz soledad que le hace vivir una vida sin imaginación ni fantasía.
La HUMILLACIÓN es precisamente la herida moral que el sistema produce en los pobres y es a partir de ella que se produce su reacción que los termina arrojando a los brazos de la derecha.
La derecha radicalizada le ofrece al humillado un lugar en el que sentirse más poderoso y hasta derivar su resentimiento mediante la agresión a los más débiles aún que ellos.
Nos habla Souza de un Falso Moralismo que las elites construyen para legitimar un nuevo racismo, esta vez no apuntado a la raza, sino a las diferencias culturales, que de ese modo habilitan un trato agresivo hacia los más débiles, sin culpas ni rastros de incorrección.
Los invito a recorrer el libre de Jessé Souza para asomarnos a una perspectiva de una incógnita muy analizada en nuestro tiempo: por qué los pobres pueden votar contra sus intereses.