
Cuando surge la posibilidad de asistir a un festival extenso y con muchas bandas, uno debe lograr que el entusiasmo le gane al desgano. El entusiasmo es simple y claro, en mi caso lo pone la grilla, la oportunidad de ver espectáculos que he esperado o que hace mucho no veo y la oportunidad de descubrir bandas nuevas. El desgano viene por los antecedentes de las esperas, vivenciar, aunque sea un rato, aquella frase de Keith Richards que afirmaba que llevaba cincuenta años en el rock y había pasado cuarenta y cinco esperando. En nuestro caso, desde el lado del público generalmente también esperamos, para entrar, para que te revisen la entrada, para que te cacheen, para ir al baño, para comprar una bebida, para que armen y desarmen entre una banda y otra. Quizá esto sea en parte generacional, tal vez alguien piense que me refiero a los ochenta o noventa, pero no hay que irse muy lejos, las carencias en los servicios eran la norma y no la excepción. Quién no recuerda los chorizos en vaso de plástico que se ofrecían en la última fiesta de la X en Parque Batlle porque se quedaron sin panes, o la demora para conseguirlos porque los responsables de la plaza de comidas decidieron “marcar” muy pocos por miedo a no tener buenas ventas. En síntesis, en muchos casos el público poco importaba una vez que había comprado la entrada.
Nada de esto ocurrió en este festival. Hace unos meses fui a la presentación de Discopático de La Vela Puerca en el Velódromo Municipal y noté que algo había cambiado, que la organización era cuidada, amable, eficiente, que el ambiente era pacífico, cordial, de sano disfrute, pero claro, se trataba de un recital de una banda, todas las fichas puestas en un solo día, en un horario específico, pautado previamente y super ensayado.
Grata fue mi sorpresa cuando llegué a la Rural del Prado sobre las 17 horas del sábado, una primera entrada por la calle 19 de abril donde nos recibían y nos daban las primeras indicaciones: entrada en mano que deberá ser presentada cincuenta metros más adelante, un rápido escaneo del código y caminamos un poco más para el cacheo y la revisión de bolsos, veloz, eficiente y amable y ya está, diez minutos después estoy viendo a Julieta Venegas, uno de los números que me despertaba interés.
El ambiente es tranquilo, solo en Uruguay se mixturan, pasto en el piso, hierba en el aire y yerba en la mano. Algunos tempraneros ya están con su cerveza en el vaso oficial del festival, lo que ayuda a que el predio esté limpio. Además, pasa una chica, promotora de Casmu que regala cintas porta vasos para colgarlo del cuello una vez vacío. Camino unos metros y un stand de yerba Sara ofrece agua caliente y una cebadura de la variedad que prefieras.
Las dos bocas de los escenarios de Antel me miran de frente, mientras en el de la izquierda, Julieta tiene al público en su palma, en el de la derecha unas sombras preparan la actuación de Conociendo Rusia, el show promete y cumple, Mateo Sujatovich, responsable del proyecto ya pasó un par de veces por Montevideo, pero este será el show más grande que brinde en nuestra ciudad hasta ahora y lo hace con banda completa. Mientras tanto en el escenario de la izquierda se va poniendo a punto la actuación de No te va gustar.
Sobre las 19 me dirijo al escenario Renault, mientras camino paso por un puesto donde hacen tatuajes, un local que vende indumentaria de corte surfista, el servicio de ropería, un puesto de la Comuna Mujer capitalina que bajo el eslogan No estás sola lucha contra la violencia de género, tema al que Venegas dedicó una canción. En esa línea se encuentra la campaña de L’Oreal que en su stand te ofrece que descargues un video instructivo de cómo actuar en casos de ser testigo de una situación de acoso, si pasás el test podés participar de una rueda mágica con diferentes premios.
Sigo mi recorrido, los puestos con promociones y juegos se siguen sumando, República Afap tiene el suyo, Axe ofrece una prueba de olfato y la posibilidad de girar una rueda mágica en una pantalla y ganar un premio. La gente hace cola, conversa, espera, participa gustosa, la risa gana por goleada.
El escenario Renault es más pequeño que los otros, está montado en el final de una de las calles internas de la rural, pero su sonido y luces es excelente, allí me dispongo a ver a Juan Casanova y su Poesía de guerra. Somos un puñado en comparación con lo que ocurre del otro lado, llego caminando hasta ubicarme fácilmente al lado del escenario, Juan parece incómodo, algo le dice al guitarrista y luego al bajista. Tras la presentación de su material en solitario, en la pantalla del fondo aparece una de las palabras mágicas del rock nacional: Traidores, Víctor Nattero se suma a Juan y Viviana la reaccionaria salta desde el escenario y La lluvia cae sobre Montevideo, pero no moja, emociona nomás.
En este escenario actúa Zoe Gotusso, no la conozco, escucho un par de temas, el público se ha multiplicado, es más popular que Los Traidores, no queda ninguna duda, cruzo al otro lado y veo medio show de NTVG, el sonido es impecable, la banda está en forma y sus canciones clásicas logran un coro de miles de voces.
Ninguno de los números que siguen en la grilla me seducen demasiado, me apresto a ver a YSY A, tal vez solo para contarle a mis hijos que lo vi, su estilo no es el tipo de música que me gusta, pero debo reconocer que el argentino es bueno en lo suyo, logra una muy buena comunicación con él público, ese donde ondea una bandera de Peñarol, otro clásico que no puede faltar en un recital en Montevideo.
Aprovecho a descansar un poco, a recorrer la parte del predio que aún no vi, observo al público, es vario pinto, gente grande, adolescentes en ronda sentados en una lona en el piso, otros se divierten tirando unos dados gigantes en el local de Sara para ganar unas muestras de yerba, una remera y vaya a saber que más, al lado Converse regala bolsos de tela y ofrece un espacio para intervenirlos con pinturas.
Mientras tanto me apresto para ver mi plato fuerte de la noche, la actuación de Divididos, caigo en la cuenta que no los veo desde el siglo pasado, cuando se juntaron en un recital doble junto a Las Pelotas en el Teatro de Verano y la posible reunión cumbre de los ex Sumo fue, pero no, el aura de Luca voló bajito con la mayoría de sus ex compañeros lejos del escenario.
La aplanadora del rock arranca, la potencia es enorme, el sonido por momento es una bola, pienso que puedo estar mal ubicado y me muevo, pero no. No entiendo mucho de sonido, pero creo que un par de decibeles menos le harían bien al show. Suenan algunos clásicos de la banda y otros de Sumo, llega un cambio de guitarra y Ricardo Mollo cuenta que es la que perdió una semana antes del Montevideo Rock del 86, la recuperó catorce años después, la besa y nos arrolla con otra canción en la piel de Prodan. El show es largo, contundente, con varios bises, detrás de Ricardo posa una remera de Eté & los Problems, para saber porque está ahí conviene leer una preciosa anécdota que Ernesto Tabárez difundió en sus redes y que hermana aquel recital que mencioné con este.
La música sigue, pero ya esta bien para mí, mucha gente podrá disfrutar de los argentinos Airbag o del cierre con Rey Toro a las tres de la mañana entre otras propuestas, la fiesta continúa, pero yo desando el camino, la calle que me lleva a la 19 de Abril está casi vacía, aunque algunos recién están llegando a Cosquín Rock, yo me alejo y al llegar a la esquina de Suárez me encuentro un puesto de remeras, pregunto el precio y la vendedora me dice ¿a cuánto llegas?
Sigo caminando hacia Millán, y entre el sueño y el dolor en los pies me prometo que no dejaré que vuelvan a pasar veintiséis años para volver a ver a Divididos y menos ahora que tengo la remera de Acariciando lo áspero.
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Dillom, Usted Señalemelo, Marilina Bertoldi, Skay Beilinson, La Vela Puerca, Ciro y Los Persas.
Rural del Prado – Fotos Claudia Rivero
21.04.2023
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Milongas Extremas, Eté & Los Problems, La Triple Nelson, León Gieco y Agarrate Catalina. Julieta Venegas
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Divididos, Snake, Airbag, Cuatro Pesos de Propina
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Rural del Prado – Fotos Claudia Rivero
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