Con motivo de su gira latinoamericana por la presentación de su último disco, Archangel (2015), Soulfly brindo este domingo en Mmbox, sin duda lo que será uno de los shows más destacados del año al pasar raya, para quienes disfrutan del metal en sus más diversas mutaciones.
La noche comenzó con Libertad O Muerte, una promesa que ya es presente y se proyecta a futuro como una de las grandes bandas a ser insignia para toda la escena del metal pesado local. Con un 2015 más que positivo (presentación en el Wacken Open Air en Alemania y su excelente «Karma Error»), quien mejor que ellos para abrir una noche como esta.
Luego llego el turno de Ecivresotua (El Matadero), quienes a puro grindcore, vuelcos melódicos y progresivos, a puro golpe, dejaron la sala a punto para el plato fuerte.
Pasadas las 22 horas, el gran Max Cavalera copó la escena.
Dueño de un carisma único, mezcla entre comandante guerrillero mineiro y rastafari, su sola presencia, rememora una época dorada para todos quienes tienen en Arise (1991), Chaos A.D. (1993) y Roots (1996) de Sepultura, como algunos de sus discos de cabecera.
Acompañado por el virtuosismo de Mark Rizzo (guitarra / Misfits, III Niño), Mike León (bajo / The Absence) y Juan Carlos Lora (Batería / Santuario, desde República Dominicana, en remplazo de Zyon Cavalera), Max dio una cátedra de como comandar un grupo a base de riffs simples y certeros que recorrieron clásicos de la banda, de Sepultura, Black Sabbath, Metallica, Motorhead y Iron Maiden.
Todo comenzó con «We Sold Our Souls to Metal» (ya con chapa de clásico), siguieron “Archangel”, “Ishtar Rising” y “Sodomites” de su último disco, “Blood Fire War Hate” de Conquer (2008), “Babylon” de Dark Ages (2005), una tras otra a puro pogo como pocas veces es común de ver, es que los ritmos brasileños en la percusión (un clásico en toda la obra de Cavalera), sumados al poder de grandes canciones a puro riff, punteos, Thrash, Death y Groove metal son un combo letal para incendiar cualquier lugar.
A partir de allí dio la impresión que habían cumplido con lo que debían cumplir y comenzó una secuencia magistral que sin duda quedará para el mejor recuerdo de todos los que estuvimos presentes.
“Refuse / Resist” y “Territory”, clasicos de Chaos A.D, para seguir con lo más destacado de la discografía de Soulfly, “Carved Inside”, “Seek ‘N’ Strike” de 3 (2002), “Tribe”, “Hope = No Fear” y “Umbabarauma” de su primer disco homónimo de 1998.
Llego el momento de un Cavalera solo haciendo “Paranoid” de Black Sabbath, “Polizia” (cover de Titãs), “Orgasmatron” de Motorhead y “Desperate cry”, en el pico del show, que se completo con “Roots Bloody Roots”, clásico de Roots (disco en el que participaron los indios Xavantes, Jonathan Davids de Korn y Mike Patton de Faith No More), que literalmente hizo temblar las instalaciones de Montevideo Music Box.
Como lo que pareció una gran noche de tributo siguieron, “Master of Savagery” de Savages (2013), con Master of Puppets de Metallica en su final, clásicos como “Arise “ y “Dead Embryonic Cells” de Arise y “Back to the Primitive” de Primitive (2000).
El tramo final vino con una explosiva versión de “Ace of Spades” y todo el soberano al grito de Motorhead, como ofrenda al mas allá para el gran Lemmy Kilmister, a pocos meses de su desaparición física.
Siguieron “Jumpdafuckup” y “Eye for an Eye” y el gran cierre con “The Trooper” de Iron Maiden, que seguía sonando de fondo mientras Max se retiraba, con la 9 de Suarez puesta, escoltado por Gloria y compañía, para seguir llevando su música a nuevos destinos, y así llegar a un final de jornada memorable.
En síntesis, Soulfly, es Max Cavalera, es el proyecto que le ha permitido experimentar y transitar por diferentes caminos tanto sonoros como liricos y temáticos de los más diversos, con una constante, la rotación entre sus miembros (desde Tom Araya / Slayer, pasando por Dino Cazares y Burton C. Bell / Fear Factory, Chino Moreno / Deftones y Fred Durst / Limp Bizkit han colaborado con este proyecto que ya va por su Décimo disco) y bajo esta consigna, la vitalidad que se ve en su obra y en sus presentaciones son dignas de destaque, como traduce su nombre, Alma que vuela, mas allá de rozar ya lo clásico, Soulfly es libertad, no es algo estático, se encuentra siempre en movimiento, es un proyecto que sin duda vivirá y gozará de buena salud por mucho tiempo más (sin importar posibles reuniones o proyectos paralelos), porque es el canal por donde Cavalera, sin ataduras, ni nacionalidades fijas, decodifica todo lo que ha aprendido durante años y años de carretera. Un proceso creativo que, comprometido políticamente, intenta derribar fronteras y fundamentalismos estúpidos. Celebro lo vivido esta gran noche y por tan icónica propuesta. Attitude and Respet!!!
*Especial agradecimiento a Mariana y a toda la gente de Zona Rock por facilitarnos nuestra labor como siempre.
Imagen portada: Soulfly en Montevideo Music Box – 3 de abril 2016 – Foto © Fernanda Aramuni
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