Entrevista a Olga Leiva (Lund, Suecia, 1981)
Cabo Polonio, 18, 19 y 20 de febrero 2016!
El ciclo Ronda de poetas cumplió 10 años de difusión ininterrumpida de la poesía. ¿Qué relación tiene con el ciclo Ronda de poetas en tanto participación, etc. y qué lugar cree que ocupa Ronda de poetas en el panorama del imaginario poético de estos primeros quince años del siglo veintiuno?
La ronda ha sabido ser hogar de tantos poetas locales, internacionales, recién salidos del cajón, multipremiados, y hasta de los antipoetas. Es un tiempo/espacio donde hemos convivido durante muchos años quienes andamos investigando que es esto de la poesía. El flujo poético uruguayo del siglo XXI tiene un sitio para ser escuchado y conservado en la memoria del disco duro de la Ronda de Poetas.
La Ronda es el primer lugar donde leí mi poesía públicamente, y donde, esa misma noche allá por 2008, conocí a amigos muy queridos con quienes tiempo después fundaríamos una editorial, y escribiríamos libros juntos. Y el jueves menos pensado siempre se vuelve a la ronda. Por eso, sobre todas las cosas, la ronda ha logrado permanecer en el tiempo. Sostener una propuesta artística sin fines de lucro, durante diez años merece un gran respeto.
¿Qué otros proyectos relacionados con la poesía, ya sean editoriales, performáticos, de difusión, etc. destacaría?
El año pasado conocí a El Penado con sus Poesías Enrockecidas. Poemas cantados, tango, performance, improvisación, escenografía, metalenguaje. Me encanta ese permiso de seguir multiplicando la poesía con otros géneros; así van naciendo proyectos nuevos y maneras diversas de mirar el mundo. Como los poetas de los bondis que improvisan, suben a pedir palabras y rapean sobre bases grabadas; son de alguna manera la evolución del payador. O la lectura con diaposivas de Pabloski, que es una historia, que busca tocar al que esta ahí escuchando y recibiendo. Para mi son como pequeños regalos que los artistas regalan sin pedir nada a cambio, solo unos minutos de atención… Y destaco todo proyecto editorial independiente que se lanza a publicar la poesía que se está escribiendo; me genera admiración y esperanza.
¿Desarrolla usted algún proyecto de difusión o producción poética por fuera de su producción personal?
Desde el año pasado se realizan los Encuentros Lunares en la ciudad de Minas. Los sábados más próximos a la Luna Llena se convoca a la comunidad a acercarse a algún punto de la ciudad con el fin de compartir la poesía, la música, el arte en general. Cada encuentro se desarrolla en un lugar distinto con algún invitado de afuera y poetas y músicos locales. Los Encuentros Lunares están organizados por Gabriela Vega y yo, pero cuentan con el apoyo de muchísima gente. Son oportunidades para escucharnos, para compartir nuestras investigaciones presentes, para dejarnos contagiar por la mirada del otro, para crear nuevos puentes. Por otra parte, y desde hace unos años ya, vengo involucrada en algunos proyectos de difusión poética, trabajando como editora independiente. He trabajado en la Editorial Mental, en la Editorial Imaginaria (itinerante) y actualmente están gestándose nuevos proyectos editoriales independientes.
Los proyectos de difusión y de encuentro de poetas como Ronda de poetas, ¿enriquecen o sólo reiteran lo que ofrece el panorama?
Creo que la gente nunca es la misma. Ni uno nunca recibe de la misma manera las mismas cosas. Puede haber reiteraciones en cuanto a personajes, propuestas de estilo, temáticas o incluso de poemas. Pero hay en general un movimiento, un proceso, un enriquecimiento natural que da pie a otras miradas, a nuevas formas. Las instancias de encuentro y de cruces artísticos influyen a los artistas, a la comunidad en general. Son momentos multiplicadores: nunca se sabe a dónde puede disparar lo creativo. Como puede llegar a tocarte el espíritu del otro. Yo lo veo como algo positivo y necesario. Más que nada en un mundo acelerado donde los puntos de encuentro son cada vez más virtuales como efímeros. También hay que saber reconocer cuando los sitios se agotan en sus propuestas para buscar nuevos territorios de encuentro. Y cuando digo territorio me refiero a maneras de encontrarse.
¿Qué expectativas le genera el encuentro de Ronda de poetas en el Cabo Polonio?
Ah, voy sin expectativas. Con ganas de disfrutar el encuentro en un lugar tan bello como el Cabo. Y con la alegría de conocer y reencontrarme con artistas que andan también investigando cada uno a su modo la poesía. Es una muy buena oportunidad para observar, escuchar, y compartir en qué andamos. Para disfrutar del océano, los médanos, las velas, la luna llena. Agradecida por la invitación.
A su criterio, ¿el panorama actual de producción ofrece continuismos o rupturas con la producción de los ochenta y noventa?
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¿Qué rol juega o debería jugar el Estado para favorecer la producción y difusión de la literatura y de la poesía actual?
El Estado debería jugar un papel importante a la hora de apoyar a los artistas de su país. En nuestro caso creo que el apoyo estatal para con la producción y difusión de las letras es muy pobre. Y ni hablar del apoyo a los poetas. Un poeta uruguayo que no tiene la plata para publicar sus libros, puede presentarse a dos o tres premios nacionales que premian con la publicación de la obra. Pero en un país con tantos poetas es muy poco. Un proyecto editorial estatal que publique un poeta uruguayo por mes con difusión incluida sería algo muy positivo para la producción y difusión de la poesía actual, porque ¿qué pasa con todos esos libros inéditos que no llegan a un primer premio? ¿se quedan sepultados en el baúl del sótano o pudriéndose en una caja debajo de la cama? Hay apoyo estatal para otro tipo de actividades literarias pero comparado con otros países de América Latina, todavía nos falta esa Editorial de Poesía Uruguaya que se encargue de publicar y difundir local e internacionalmente a nuestros poetas.
¿Dónde está anclada su producción personal? ¿Cómo versaría usted sobre su poesía?
Mi producción personal está anclada desde hace mucho ya en las Investigaciones acerca del Universo, como me gusta sentir. Y como soy una ser humana es una investigación que brota desde mi pero que de repente se codea con la biología, como con la física cuántica, como con la antropología o lo onírico y es inseparable de mis procesos y preguntas cotidianas. La Naturaleza, el Ser, la Tierra, son mis temas recurrentes, y si es así es porque nunca se agotan en sus revelaciones.
¿Cómo convive con su rol de poeta? ¿Cree en ese rol?
No se puede fragmentar una zona del ser que forma parte de la mirada, de los sentidos, de la manera de experimentar e interpretar el mundo. Eso de ser poeta no me la creo como un rol o un estereotipo sino mas bien como una responsabilidad. He intentado continuar con la tarea de seguir dando a luz la poesía que ha brotado desde mí y de propiciar oportunidades para que la poesía que anda por ahí pueda encontrar causes hacia donde salir y ser expresada.
¿Puede recomendarnos libros de poesía actual uruguaya?
Ultimamente no he leído demasiados libros de poesía actual uruguaya. Lo último que leí fue un libro de Martín Cerisola que me encantó, Perseguir. Luego me encanta el libro de Nelson Traba, Cuando esté Muerto, que tuvimos el gusto de publicar con la Editorial Mental. Y hace poco leí de Pabloski un librito en una lindísima encuadernación artesanal llamado El amor no Garpa. Andan muchos poetas inéditos en la vuelta siempre. Esos son los que me encanta escuchar. A esos recomendaría. Pero son casi invisibles, casi sin nombre. Su voz es poderosa. Sus imágenes de improviso te toman, te sitian, permanecen. Por eso sigue siendo imprescindible generar más oportunidades de difusión y publicación para todas esas voces valiosas.
¿Algo más para decir?
“Gracias por venir”
Imagen portada: Ronda de poetas
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