La italiana Giulia Graglia encontró por pura casualidad a Maxi Angelieri en este boliche romano pocos minutos después de conocerse los fallos de los premios Graffiti. Fiel a su tradición de «jugar siempre en segunda división», el cantante no ganó el premio al mejor disco indie, categoría en la que estaba nominado, y como puede apreciarse en esta filmación realizada por Graglia no se lo tomó para nada bien. Literalmente.