
“No se que pasa en este lugar, todo el mundo es más joven que yo.”
Si pasaste los treinta y te gusta la música indie pop, el soul, el candombe fusión o el rock alternativo, las probabilidades de aguantar todo un festival disminuyen, pero la de contagiarte de energía juvenil aumentan.
Este sábado 7, por primera vez en Uruguay, se realizó el Festival Buena Vibra, el cual nace en Argentina y tiene como objetivo impulsar proyectos independientes.
Yendo más allá del escenario, el festival fusiona artes gráficas, fotografía, diseño, gastronomía y por supuesto ¡música! De la mano de Brookl&n, la fiesta disco-funk-house (con DJ nacionales e internacionales) y una grilla de artistas que convocaron a las generaciones con más vitalidad.
El Mató a un Policía Motorizado, NAFTA, Niña Lobo, Julieta Rada, Balta, El Zar, Barbi Recanati y Blair fueron los invitados para esta oportunidad.
La movida empezó temprano con Blair y Niña Lobo, que tuvieron un público joven (tan joven que habían adolescentes con sus padres) y una tarde primaveral.
Balta y Barbi Recanti continuaron con la caída del sol, y la llegada del frío, pero lograron calentar los cuerpos.
Entre artista y artista el evento estaba preparado para quienes quisieran pasear por la plaza de comidas, sacarse fotos en imágenes llenas de color instaladas en el lugar, o disfrutar de un trago (aunque algún mate aun aparecía en la vuelta).
Ya en la noche, y con un poco de cansancio en algunas caras, El Zar y Julieta Rada suman público, que iba llegando a la carpa del Velódromo, la cual PianoPiano instaló para realizar varios shows a lo largo de este mes. Las edades van siendo más variadas, y el rocío le da sentido a la instalación de la carpa en semejante día de sol. El público empieza a encontrar con quien ponerse meloso, coreando las canciones de El Zar, y comienzan a aparecer las luces de neón por todos lados.
Antes de escuchar el chico, repique y piano que acompañaron a Julieta en todos sus temas, la gente aprovechó para ir al baño, y de paso disgustarse de la saturación de los mismos, la cual, al igual que la saturación del sonido, fueron los culpables de las únicas quejas que el público pareció llevarse este sábado.
Ya en los últimos tramos de la noche, y con un cronograma que parece cumplirse minuto a minuto, comienza a sonar NAFTA, dejando sin gente cada grada, rampa o lugar donde descansar las piernas en el predio del Velódromo. Con carpa llena, y el flúo resaltando por todos lados, la banda logra sacar del público, el fanatismo necesario para cantar cada tema como si fuera el último. Sin dudas, fue una de las más convocantes del evento.
Como cierre de esta panzada musical, culminó la noche El Mató a un Policía Motorizado, banda esperada por todos los “+30” que habían en la vuelta, y algún que otro joven que no escatimó energías en saltar con “diamante roto”, “fuego“ o “el tesoro”.
En resumen, una fiesta cargada de estímulos y ¡BUENA VIBRA!
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