
Diez años reinterpretando temas de los Redondos. Músicos que forjaron el espíritu, la esencia y el legado Ricotero. Estuvieron allí, fueron parte del camino y de la construcción de una realidad devenida en mito.
En los alrededores del Velódromo lo de siempre: las bandas, la previa inundada de bebidas, de banderas y remeras, esas que todos escuchan cuando gritan. Gente alzando la voz para proteger su aliento, en este día y cada día. Para eso llegan. Adentro, antes del arranque, el llamado, el mensaje a pura arenga tribunera: “Vamos los Redo. Vamos los Redo…”. Vestidos con mamelucos blancos los músicos fueron apareciendo uno a uno, primero Mariano puso un colchón de teclados, luego la batería de Hernán, las guitarras y por último Semilla y Sergio dejaron la intro colgada del aire y del telón gigante que proyectaba imágenes de la banda caminando entre pasadizos de enredaderas.
La fiesta comenzó con “Fuegos de Octubre”, de ahí en más se descolgó la catarata de himnos que todos querían escuchar. Hubo tres cortes para tomar aire en más de dos horas y media de show donde los músicos le pusieron el combustible a la maquinaria infernal de un repertorio icónico. Ellos hacen que funcione el motor inextinguible y el fuego donde todo ricotero desea arder cantando las letras que llevan tatuadas en el alma y estampadas en banderas.
Sabemos bien que no necesitan avales ni excusas. La banda despliega la solvencia de haber tocado esos temas centenares de veces. Ellos estuvieron ahí, fueron los que metieron mano, sangre e instrumentos en los discos de Patricio Rey. Hoy festejan eso. Le vuelven a dar vida a parte de sus vidas. Festejarse. Celebrarse. Hacen lo que siempre hicieron. Claro que tienen y sostienen otros proyectos artísticos, pero juntos confluyen en este camino que es la banda sonora de la inmensa mayoría que asiste a los shows.
Para el público juntarse a escuchar esas canciones es ser parte de. La sangre fluye y el corazón bombea al impulso ricotero. Quién alguna vez lo vivió puede certificarlo y para quienes no pudieron hacerlo meterse en esas aguas los acerca un paso más a aquella sensación. Hay algo que es claro y absoluto, los show explotan de gente por las canciones, por lo que ellas producen, por “ese” clima. Todos procurando repetir un instante de magia, unas horas de fe.
Un momento muy alto fue la versión de “Criminal Mambo”, con un solo de Cary que puso los pelos de punta, sumado al canto increíble de Leti Lee, más el recitado de un monólogo de Enrique Symns, a modo de homenaje, en la voz de Tabaré Rivero. Un viaje al origen de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Hubo aroma a misa y los músicos, esta noche en Montevideo, recogieron el cariño y respeto que sembraron por años. Sergio Dawi, saxo. Semilla Bucciarelli, bajo. Tito Fargo, guitarra. Hernán Aramberri, batería. Jorge Cabrera, voz. Osky Kemienomisky, guitarra. Mariano Pirato teclados y voz. Chino Laborde, voz. Leticia Lee, voz. Jorgelina, saxo. Christian Cary, guitarra. Tabaré Rivero, recitado y voz.
La lista: Fuegos de Octubre- Un ángel para tu soledad- Me matan Limón- Divina Tv Führer- La Bestia Pop- Fusilados por la Cruz Roja- Blues de la artillería- Noticias de Ayer- Una piba con la remera de Greenpeace- El pibe de los Astilleros- Luzbelito- Mi genio Amor- Roto y mal parado- Es hora de levantarse querido- Preso en mi ciudad- Aquella solitaria Vaca Cubana y Un poco de amor francés (con Cary)- Ropa Sucia- Cruz Diablo- Todo un palo- Susanita- Mariposa Pontiac- Rock del país- Todo preso es político- Vamos la bandas- Criminal Mambo (Cary-Tabaré Rivero)- Ya nadie va a escuchar tu remera- Ji Ji Ji.
Decoradores, gracias por la música. Salú.
fino.















































