
La Trotsky Vengarán: de la calle 14 de Julio al mural colectivo del rock uruguayo
Del ómnibus del barrio a los grandes escenarios, la Trotsky sigue escribiendo su historia con la misma furia y lealtad que en los noventa.
La fila de fanáticos serpenteaba el Velódromo y lo acechaba como las ansias de escuchar los clásicos y los temas recién estrenados.
Muy cerca de 14 de Julio —calle a la que dedicaron una canción, igual que al ómnibus 192 que te saca del barrio— la ceremonia rockera se palpaba en el aire. Esa misma esquina donde, años atrás, mi hijo de apenas cinco años pudo sacarse una foto con uno de sus ídolos: Guillermo Peluffo.
La “Familia Vengarán” comenzó sus andanzas en el 91 y hoy vuelven, como siempre, con energías renovadas y el estreno de su último corte en clave cinematográfica: Barrio. Porque, como han hecho toda la vida, saben leer la realidad y convertirla en canción. Pero no en cualquier canción: en retratos divertidos y filosos, capaces de sonar como banda sonora de una película o de un partido en la cancha de la esquina.
No voy a detenerme en cada tema de los 39 en casi tres horas de show —que recorrió toda su carrera y más—, pero quienes seguimos a la Trotsky sabemos que escucharlos es abrir un manual de costumbrismo urbano. “¿Estábamos en el 2000 y no había una canción de fútbol famosa para cuando juega Uruguay? ¡Es una vergüenza este país!”, recordaba Guillermo hace poco. Y también dijo: “No podés ser parte de la agenda más de una vez en tu vida… después ya no sos, hacés todo desde otro lugar”. Nadie resiste al archivo, y el Velódromo fue testigo de ello.
Desde el principio hubo electricidad en el aire, y Peluffo no dejó de pedir que cantáramos más bajo, aunque en la primera mitad del show sonaron varios cortes del nuevo disco. Fue, en realidad, un doble concierto: una primera parte que cerró con Guillermo agradeciendo en tono gringo y exclamando: “¡Me siento como una banda de Estados Unidos!”. Claro que una banda de allá nunca podría escribir sobre “el vago de la esquina” o sobre esas canciones que nacen cuando nadie más está hablando de ellas.
Este septiembre, Trotsky-Vengarán desembarca en España con una tanda de seis shows que promete convertir las salas en fiesta y pogo: el 18 en Sala Marte (Málaga, 21:30), el 19 en la legendaria Gruta77 de Madrid (21:30), el 21 en 16 Toneladas (València, 21:00), el 25 en D8 Sorkuntza Faktoria (Bilbao, 20:30), el 26 en Sunset Club (Palma, 20:00) y el 28 en Wolf (Barcelona). La primera línea del punk uruguayo llega con un arsenal de himnos generacionales y un menú de clásicos para todas las edades. Una gira que, por calendario y lugares, parece diseñada para abrazar a los residentes del “departamento número 20” en la Madre Patria.
Peluffo suele decir que los uruguayos estamos adiestrados para mirar atrás pensando que todo tiempo pasado fue mejor, y que recordamos lo que nunca ocurrió. Pero dudo que haya otro protagonista de los últimos treinta años con tanto derecho a retratarnos desde lo cultural y más allá. Su nueva obra lo confirma: la Trotsky suelta el portarretratos y enfoca la cámara al frente, con el obturador abierto, dispuesta a disparar hacia el futuro.
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