Sala de Conferencias y Eventos del Teatro Solís, 17/8/13
Tal vez pueda resultar difícil el intento de trasladar a palabras un espectáculo sonoro tan particular como el “Superplugged” de Nicolás Arnicho. Desde el comienzo, los espectadores se ven con la obligación de usar unos auriculares que son el elemento imprescindible del viaje musical que nos propone el artista. Se trata de un show intimista, lejos de algo masivo, en una sala preparada para no más de cuatro decenas de espectadores, que le brinda una calidez muy adecuada, y una gran proximidad con el artista. Arnicho comienza su recital, dándole cuerda a una cajita musical y colocándose unos zapatos de tap, con los cuales bailotea unos minutos, para luego instalarse entre un montón de instrumentos de percusión.
El músico explica que “Superplugged” recorre el camino opuesto al de aquellos recitales de una famosa cadena musical durante los años 90´s, aquellas bandas y solistas, caracterizados por su sonido eléctrico, adaptaban los instrumentos para hacer un show acústico; Arnicho hace diametralmente lo opuesto, todos los elementos de percusión que tiene a su alrededor son acústicos, él los “microfoniza”, haciendo que todo el caudal musical y creativo fluya por los cables directamente a los auriculares de los asistentes. Los elementos que usa Arnicho son diversos, entre los cuales hay un berimbau, e incluso utiliza el agua, que en un pasaje del espectáculo hace fluir de un recipiente a otro.
Arnicho exhibe sus raíces e influencias musicales, tanto uruguayas como de los varios países en los que estuvo, al tiempo que canta, golpea las manos y mueve el cuerpo llevando el ritmo acompañando la música. El artista utiliza diversos pedales de efectos, que se encarga de explicar, como por ejemplo el loop, y es en algún modo, la tecnología más reciente, conjugada con elementos de percusión básicos, y como bien dijo el propio músico, el instrumento musical más antiguo: la voz.
El show concluye con una estupenda versión de dos canciones clásicas mundialmente conocidas “Stand by me” de Ben E. King y “Don´t worry, be happy” de Bobby McFerrin, en una versión que las entremezcla creando “una tercera” canción que resulta sorprendente. Más allá de explicar las cuestiones técnicas, el show de Arnicho es ampliamente recomendable, no sólo por ser él destacado músico, compositor y percusionista que es (otrora integrante de la conocida banda de percusión alternativa Tribu Mandril, entre otras agrupaciones), sino porque es un evento innovador, que no tiene similar en el medio.
Arnicho explicó que muy pocas veces hace bises, y esa noche fue una; el aplauso largo y efusivo provocó que el artista retornara para tocar unos minutos más. Se trata de un creador que desea que cada uno de los espectadores viaje con la música, al punto de que varios de los asistentes, al menos esa noche, cerraban sonrientes los ojos para disfrutar plácidamente de las melodías que les susurraban en los oídos. Es mejor ir a verlo, o mejor dicho, escucharlo, a que venga alguien y te cuente lo bueno que es.
El espectáculo “Superplugged” lleva ya mucho tiempo, de hecho el próximo 18 de setiembre cumplirá cuatro años en cartel, y continuará todos los sábados hasta diciembre.