Joker (Guasón en Hispanoamérica) es un thriller dramático de crimen, basado en el personaje Joker (archienemigo de Batman) de DC Comics. Dirigido por Todd Phillips y basado en un guión que realizó junto a Scott Silver.
Joaquin Phoenix es quien da vida a Arthur Fleck, un hombre con patologías psiquiátricas, que intenta sin éxito triunfar en el mundo de la comedia, su propia locura y estar inmerso en una sociedad que lo margina lo llevan a cometer una serie de crímenes que lo convertirán en la cabeza de un levantamiento criminal en masa.
Muchas cosas se han hablado desde el anuncio del estreno de esta película y todas van dirigidas hacia el mismo lado: «Es una película peligrosa», pero ¿a que nos estamos refiriendo cuando calificamos de peligrosa a una película?
Cuando vi Joker, la primera palabra que vino a mi mente para responder esta pregunta es «IDENTIFICACIÓN». ¿Quién no se ha sentido excluido alguna vez? ¿Cuántas de las personas que vean este film no verán algún momento de sus vidas reflejado en Arthur? – discriminación, burla, maltrato, ridiculización, desvalorización. Y es que todo esto está muy presente en la sociedad, no importa en que parte del mundo nos situemos, todas las sociedades están viviendo la misma situación. El ser humano está inmerso en esta problemática. Al comienzo de la cinta el protagonista expresa: «¿Soy yo o todo el mundo está cada vez más loco?».
Otra palabra en la que pienso es «EMPATÍA», y si todo marcha relativamente bien no es difícil que uno logre empatizar con el personaje desde la primera escena, un hombre triste, que se siente solo y excluido, que tiene una enfermedad incontrolable que lo pone en evidencia. Arthur sufre de «risa patológica» que en resumidas palabras es una enfermedad neurológica que se manifiesta como una risa fuerte e incontrolable y puede alternarse con llanto sin ningún motivo, algo similar al síndrome de Tourette pero de la risa.
El planteamiento gira en torno a la transformación psicológica que sufre Fleck para llegar a convertirse en el villano antagonista de quién será el futuro «héroe» de Gotham, Batman. Pero esto me lleva a la tercera palabra que explica la peligrosidad de este film y es «JUSTIFICACIÓN».
Lejos de ser otra película del universo de súper héroes, esta se plantea como una película real, que sucede en Gotham como puede suceder en cualquier ciudad del mundo, con personas que tienen afecciones y problemas del mundo real.
A partir de aquí pueden haber comentarios que se consideren SPOILER, por lo que si no la viste y te gusta llegar a una peli sin preconceptos previos o sin saber detalles de la trama te recomiendo que vuelvas a leer el resto de la reseña una vez que hayas visto el filme.
Dicho esto comencemos a hablar del desarrollo del personaje.
Empecemos por el lugar y la situación, Gotham está en ruinas, sabemos a través de un programa de radio que se escucha de fondo que no ha habido recolección de residuos durante un largo periodo de tiempo y las ratas están invadiendo la ciudad. Las empresas están cerrando, no hay trabajo, todo se hunde en miseria, hambre y violencia.
Arthur es un hombre solitario, trabaja como payaso de alquiler, a veces promocionando algún local, otras en un hospital de niños. Vive con su madre enferma y frágil, en un apartamento prácticamente en ruinas. Tiene una enfermedad incontrolable y además sufre claramente de depresión, tiene pensamientos negativos todo el tiempo, toma medicación que no le resulta suficiente para hacerlo sentir mejor.
En este panorama comienzan los problemas, desencadenando un montón de malas decisiones que lo llevarán a transformarse en el Joker.
Un día como cualquier otro de su miserable vida, un grupo de jóvenes le roban el cartel con el que trabajaba y le dan una paliza, esto lleva a que un compañero de trabajo le de un arma para defenderse de esos «animales», Arthur la acepta y decide llevarla con él, pero no tiene suerte y se le cae en el hospital mientras animaba niños enfermos ( trabajo que él apreciaba y dónde se sentía bien, aceptado) como es de esperarse queda sin trabajo, por lo tanto sin seguro médico, sin medicación para su enfermedad, y con todo esa presión a punto de estallar en su interior. Es aquí cuando se encuentra con los «vivos» de Wall Street que, borrachos se meten con quien se les cruce en el camino, la risa incontrolable de Arthur los lleva a darle una paliza que termina con Fleck aterrorizado disparando contra ellos. Al ver esta escena mi pensamiento fue «y estaba visto» – ¿qué me pasó? Estaba justificando la violencia con que el personaje explotó y mato a los tres imbéciles, ya venía viendo aproximadamente 15 minutos al personaje caer en un precipicio, pensando pobre, pobre, pobre, con un nudo en la garganta. Y ahí está el peligro, ¿cuánto imbécil de Wall Street hay en la calle, atropellando y lastimando a todos los que se les cruzan en el camino? ¿Cuántos Flecks a punto de estallar?
A través del conflicto interno del personaje se nos muestra un reflejo oscuro de la sociedad.
Otro de los temas trascendentes para su desarrollo es la falta de una figura paterna, que estará buscando a través de toda la película. En una escena se lo muestra soñando con estar en el programa del comediante Murray Franklin (Robert De Niro) a quien admira, y este le dice «dejaría todo por tener un hijo como tú». Luego más adelante se le presenta la oportunidad de que su padre sea nada más y nada menos que Thomas Wayne, quien está a punto de ser electo para sacar a Gotham de la miseria, y este no solo lo rechaza abiertamente sino que lo encamina a la triste realidad de que su madre había estado hospitalizada por problemas psiquiátricos y que él había sufrido abuso siendo muy pequeño.
Ya nada más le puede suceder a este personaje, está en el fondo del pozo.
Por suerte en mi caso el personaje llegó a un punto de violencia en el que sus actos ya no estaban justificados y pude hacer esa desconexión pero ¿cuántos son capaces de separar lo que está mal de lo que no está tan mal?
Sería de ingenuos no reconocer que el cine ha servido en incontables oportunidades como inspiración para llevar a cabo actos de extrema crueldad, sin ir mas lejos en el estreno de «Batman, caballero de la noche asciende» un chico llevó a cabo una masacre disparando al público de una función, matando a 12 personas e hiriendo a otras tantas. Por lo que no es de extrañar todas las movidas de seguridad que se han generado con este estreno.
A nivel cinematográfico es una película excelente, desde la actuación magistral de Joaquín Phoenix hasta la paleta de colores utilizada, pasando por la ambientación, las escenografías y la música, todo está bien conjugado para hacer de esta película una obra maestra.
Dato curioso: tres películas que sirvieron de inspiración para realizar la historia y desarrollar al personaje del Joker fueron «El hombre que ríe» – «El rey de la comedia» y «Taxi Driver».