2 Mar 2016
Nací el 30 de diciembre de 1985 en la Villa del Cerro. Conozco los fundamentos de la Nutrición ya que apenas me falta un año para terminar la Licenciatura (en stand by “provisoriamente” hace varios años), pero mi espíritu se alimenta con la narrativa y la poesía, principalmente con la primera, aunque atiendo y gozo de la dulce necesidad de escribir poesía.
Publiqué el poemario “Amores, desencuentros y pasiones” (MRREE-UTU, 2010) y las novelas “Paraíso y después” (Ediciones del Rincón, 2014) y “Una hora de eternidad” (Premio narrativa joven de la Casa de los Escritores del Uruguay, 2015). Participé en varias antologías dentro y fuera del país. Tuve la dicha de obtener algunos premios y menciones tanto en narrativa como en poesía y la gratísima satisfacción de participar en diversos encuentros literarios en Uruguay, Cuba, México, Chile y Bolivia.
Soy parte del comité editorial de la Revista Latinoamericana La Ira, cartero, hincha de Peñarol, me gusta el silencio, hacer asados y tomar cerveza.
EL FACEBOOK DE NERÓN
Iniciar sesión
La ciudad es predicado con errores ortográficos
que pretende conjugar algunos verbos.
Fue inevitable trazar la alegoría
tomando en cuenta las diferencias
entre mi habitación y el apartamento de en frente.
En esta acera el color del desorden
el tufo a encierro
engalanan la sala,
al otro
hay que sumarle la música, luces de colores,
flashes inmiscuyéndose entre las siluetas
del grupo de pelotudos posando como gatos
antes de correr a ver el resultado de la selfie.
Allí estaba el verbo y su dudosa conjugación.
Volví y encontré en la pantalla:
Nerón tuvo su propio Facebook.
Reí al imaginarlo junto a su lira
con Burro y Séneca a su alrededor
como satélites que describen órbitas
alzando la bandera a favor de la red social.
Era atinado incorporar el logístico sistema
que en segundos enlace dos puntos
dentro de la vasta extensión del imperio,
tan atinado como grotesco.
Pensar al joven
con los ojos perdidos en el suelo
divagando pretenciosas melodías
que oficiaban de amuleto frente a las libertas,
sin atender los retóricos argumentos
brindados por los otros dos.
Roma era así, grotesca.
Muy grotesca.
Ellos trascendieron por sus emperadores
extravagancias arquitectónicas, orgías,
el circo, los baños públicos, el sinfín de tiranías.
¿Y ahora? ¿Y otros?
Quizás habría que investigar al respecto
para cotejar los cambios.
Si es que los hubo.
Editar perfil
En frente ignorarían
los vericuetos cibernéticos
que padeció en el primer siglo de nuestra era
uno de los tiranos más grande de la historia.
Ellos seguramente tengan su propio Facebook
con una lista interminables de amigos
miles de fotos de todo tipo
en todo lugar
en los momentos más inoportunos.
Volví al Emperador
indagué pasajes de su reinado
el linaje que lo precedió
conflictos que rodearon su trono
el desapego a la genealogía
y la permanente amenaza que ello representaba.
Trasladé la cronología neroniana a su propio muro:
innumerables fotos de las maquetas
esperando ser monstruos de piedra, oro y piedras preciosas
estampas sublimes con la guarda pretoriana
panorámicas formidables siendo aclamado
durante los juegos circenses.
En la producción de su foto de perfil
trabajaría los mejores ángulos sin soltar la lira.
A sabiendas que el berretín de músico no era bien visto
le era fundamental lucir como un artista de primer nivel.
Qué le habrá importado,
en la otra acera
la filosofía era la misma:
qué les importará
los enredados trazados entre esa noche
y un punto casi dos mil años atrás.
Solicitud de amistad enviada
Rendido al juego de ilustraciones fantásticas
entre los alegres vecinos y el desquiciado de la lira
evalué presentarme en la fiesta
para explicar el brillante descubrimiento
y las intertextualidades trazadas con esa noche.
La repercusión netamente desfavorable
me arrastraría a protagonizar una saga de imágenes
dignas de una álbum facebookense:
la primera rodeado de un grupo de muchachitos
riendo grotescamente para atraer féminas,
la segunda depositado sobre un sillón
soportando la humillación de las acaloradas féminas,
en la tercera me encontré abrazado por dos machos alfa
—los flautitas de Hamelín—
y como plano de fondo,
el despiadado remedo a mi estructura facial
ofrecido por la servil corte de bufones
Así, una tras otra
apelando a una creatividad torrencial
que no escatima en argumentos brutales
antes de pararse frente al implacable click de la cámara.
Una etiqueta a modo de cliffhanger:
repercusiones comentarios compartir
me gusta ya no me gusta.
¿Cuál fue la etiqueta que desató el incendio?
Roma ardió luego de una virósica
que invadió el ciberespacio.
De ahí en adelante,
comentarios respuestas más comentarios
creación de grupos conspiradores
una campaña desmedida en la red.
Las cuerdas de la lira tensionadas al máximo
chivos expiatorios crucificados como antorchas
eliminación de amigos eliminación de amigos
más fotos con sus respectivos comentarios
me gusta
ya no me gusta
compartir una dos y mil veces.
Crear álbum
Un nuevo álbum es muy comentado
desaprobaciones eliminar amigos.
Una visita al circo para aplacar dubitativas miradas
más fotos al nuevo álbum ovaciones abucheos
eliminar amigos.
Fotos circo más mentiras.
Allá, al otro lado de la calle, todo igual
la página de inicio invadida
por caritas felices que celebran los juegos circenses
la prédica no descansa y el verbo siguen en infinitivo.
Wtf, #lanocheestád+,
las siluetas se pasean entre la estridencia musical
sin percibir que tras las cenizas del incendio
se irgue la Domus Aurea.
El senado comparte links difamadores
(algunos no lo son tanto)
crecen las solicitudes de amistad
prefecto guardia pretoriana
la campaña en los muros es salvaje
más fotos compartir comentar comentar comentar
un grupo crece el otro disminuye
eliminar amigos.
La postura sigue siendo pornogozada
luego de dos mil años de indiferencia,
la necesidad de editar perfil crece
para no caerse de una red
que se estira y se ensancha.
Se estandarizan las fórmulas libérrimas
la necesidad de estar es el yugo del ser
la música no tiene armonía
el coro desafina.
La lira ejecuta el último compás
el vasallo lo acompaña fielmente
la sangre recibe el beso de la daga
“Qué artista muere conmigo”
pronuncia Nerón antes de cerrar sesión.
M. M.