Lo predecible no tiene porque ser aburrido . Eso es quizás una consideración previa a tener en cuenta a la hora de acercarnos a ver “The imitation game”, como con menos gracia se la conoce por estos lares “El código enigma”. Superficialmente sabemos que el eje de la trama será solucionado de una u otra forma. El genio a quien se le dedica el film superará los obstáculos contra el tiempo y logrará descifrar los códigos secretos de la máquina nazi Enigma , convirtiéndose así en un héroe inglés. Pero el film del noruego Mortem Tyldum hace muy entretenido lo predecible y tiene más cosas para decirnos.
La historia alterna varios momentos de la vida del matemático y criptográfo Alan Turing. Pasaron varias décadas para que públicamente se reconocieran los logros de este célebre personaje percusor de la informática moderna. Se dice que con sus logros, la segunda guerra mundial culminó dos años antes y por lo tanto, millones de vidas fueron salvadas.
La trama se introduce por pasadizos donde se maneja cierto suspense, a la hora del seguimiento del ultrasecreto equipo de inteligencia británica formado por académicos, criptográfos, ajedrecistas ,lingüistas y matemáticos que unen sus habilidades para detener el avanzado sistema criptográfico nazi brindado por la máquina Enigma.
Turing desde un principio confío en la necesidad de la construción de una máquina que superará las limitaciones de la mente humana y alcanzará el avanzado nivel informático del sistema tecnológico alemán.
Los genios no son buenos para trabajar en equipo. Y ello es captado hasta desde una perspectiva hilarante en varios pasajes del film. La personalidad de Turing como buen genio antiosocial, es un obstáculo que debe adaptarse para resolver el misterio. La llave a esa adaptación es la figura de la criptoanalista Joan Clark, que fue un soporte importante en ese período de la vida de Alan Turing.
La interpretación de Keira Knightley – que va por un Oscar a la mejor actuación femenina secundaria – es un agradable soporte para el film también, superando el típico rol de una mujer que hace un trabajo considerado para hombres en los años de la segunda guerra mundial.
Lo comentado es solo una faceta de la cinta, que se complementa con el costado más intimista de Alan Turing. No sólo de buscar secretos vivía el hombre sino también de saber ocultar bien los suyos. Con dosis bien medidas de drama, la película expone la complejidad de ser homosexual en una sociedad conservadora como la inglesa hasta la época de posguerra. La misma consideraba como ilegal las prácticas homosexuales y lo fue así hasta entrados los años 70.
Lo positivo es ver esos fenómenos conservadores como algo ya muy alejado de nuestros tiempos, al menos en nuestra sociedad.
Obviamente la actuación protagónica es lo más brillante del film. Benedict Cumberbatch (Sherlock para los amigos) logra una notable actuación y es una pena que deba disputar desde un segundo carril el premio de la Academia ya que es muy probable que Michael Keaton (Birdman) o Eddie Redmayne (The theory of everything) se hagan del mencionado baluarte.
La película cuenta con un total de ocho nominaciones a los premios Oscar: película, director, actor, actriz de reparto, guión adaptado, montaje, diseño de producción y banda de sonido. Lo que puedo poner en tela de juicio es que se haga de alguno de ellos , no por ser una obra deficiente sino porque otros títulos vienen un escalón arriba en las premiaciones previas.
Imagen portada: theimitationgamemovie.com
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