Los videos de Youtube se disipan, la máscara de artista se borra, la distancia entre los famosos y los mortales se acorta, el hip hop venezolano tiñe de azul caribe el frío de Montevideo, y se junta con el evento de amor y aceptación más grande de la ciudad: la Marcha por la Diversidad.
El amor mueve, transforma, hace vibrar, da esperanza, acredita, acepta, observa, es libre y diverso. Es el abrazo a todos los valores.
Larry, prende inciensos y palos santos en el ensayo de su show. Va despacio, piensa, observa. De vez en cuando detiene sus movimientos y se puede apreciar cómo se toma el tiempo para pensar cada cosa. No hay prisas, no hay malos tratos, hay tiempo, hay despreocupación entre las preocupaciones.
Entre la sencillez de Montevideo, su vestimenta, sus tatuajes, negritud, equipo y su esposa dan a entender a leguas que vienen de lejos, pero pocos saben de dónde.
La entrevista está pautada en el bar Mala Junta de Bv. España. Ellos iban en taxi, yo me adelanté en bici para más o menos llegar al mismo tiempo. El auto gana. Y para cuando llegué, ellos acaban de descubrir que habían dejado los equipos en el taxi.
¡A correr!
la adrenalina venezolana se siente. Corretean todos los taxis, llaman al 141, no cae, vuelven a llamar, no cae. No encuentran al tipo.
Agatha, esposa de Apache, me dice: “el tipo no atiende, seguro se llevó todos los equipos, me siento culpable, yo también me olvidé. Cinco personas en el auto y todos nos olvidamos”
“Confiemos que no se va a fugar. Seguro lo están tratando de ubicar, tranquila, el tipo va a volver”
La tensión debió durar otros 5 minutos, justo cuando Psycho y mctemático iban camino a la estación de policía más cercana, el taxista los vió y exclamó ¡Dejaron sus cosas acá!
Punto para Uruguay.
***
Entre tanto esperaban la pizza para comer, Apache me dice ¿Quieres aprovechar de hacer la entrevista?
¿No quieres comer primero?, le digo.
No vale, vamos a hacerla de una vez.
Saco mi libreta:
-Hablemos de la transformación… ¿Qué es la transformación para ti?
¡Verga! (no es la misma que en Uruguay. Es una expresión venezolana que quiere decir ¡PA!)
Existen varios tipos de transformaciones pues… En mi caso, está la transformación espiritual que es la que he tenido a gran escala. También está la transformación musical, y bueno, dentro de ella la evolución, porque de una u otra forma me ha tocado evolucionar y cuando esta se presenta, la aprovecho. Evoluciono y me transformo.
¿Qué cosas te han transformado?
Ser padre es la mayor transformación que tuve, tanto interna como externa.
Hacer yoga también transformó mi vida. Llevo practicando desde hace 6 años y eso me ayudó a adentrarme más en el plano espiritual, que antes no lo tenía en cuenta. Me aportó muchísimo en mi carrera. La gente cree que porque eres artista y tal, todo lo tienes fácil… No es así.
Aprendí a meditar, a trabajar mejor la respiración, a cuidar mi templo, mi cuerpo. También aprendí a trabajar con Reiki, que es la sanación a través de la imposición de manos. Aprendí energía Chi/Qi, en fin.
Todo ese acercamiento espiritual fue lo que me ayudó a transformar mi vida personal, musical, laboral.
¿Cómo era Apache de niño?
Estudioso y respetuoso con mis padres. La familia.
Jugaba al llanero solitario. Pedía de regalo las pistolitas de vaquero para jugar. Practiqué béisbol gracias a mi padre.
Las fechas: carnavales, diciembre, semana santa… porque nos íbamos -vamos- a la costas zuliana donde están los pueblos de Bobure, Caja seca, San Antonio, de donde es mi mamá. O si no, nos íbamos a casa de la familia de mi papá en Barlovento. Tengo esa mezcolanza.
¿Que llevas ahora de ese niño?
Crecí con los tambores, con la música en la sangre. Mi papá es salsero. La música me mueve.
Llevo a mi familia, el respeto y la disciplina dondequiera que vaya. Soy obsesionado por el orden por culpa de mi mamá.
Mira, veo esto así y hago esto…
Comienza a mover las cosas de la mesa, los manteles derechitos con respecto a la mesa, la botella de cerveza a mi derecha, su vaso de agua a la izquierda, la vela que nos alumbraba en el centro, la movió hacia un lado -así, para que no nos estorbe-.Ve la otra mesa, “y esto que está aquí, va… Así” dice alineando el pañito de mesa de al lado.
¿Qué te daba miedo de niño?
Que me dejaran solo. A los perros, a las películas de terror… Pero ya pasó, porque ahora tengo perros y me encantan las películas de terror -se ríe -.
¿A qué le tienes miedo ahora?
A la soledad. Cuando me separé de mi esposa y mi hija sentía que me faltaba una pieza, pero fue necesario. Tenía que trabajar en otras cosas.
Pero, creo que más que miedo, son otras cosas… Aprendizaje.
Hablando de tu hija y esposa, siempre tienes a las figuras femeninas bien presentes en tus videos, en tus letras ¿Qué simboliza?
Me crié entre mujeres. Me cuidó mi hermana, me criaron mis tías y como que siempre estuve rodeado de mujeres. Y bueno, después tuve una hija, niña.
En este nuevo disco tenemos un par de canciones en homenaje, uno junto a otro artista colombiano que se llama Stan, e hicimos otro tema que se llama “bonitos sentimientos” con el Pollo Brito. Siempre le rindo tributo a la mujer, siento que le debemos mucho a ustedes.
¿Cómo eran los sonidos de tu infancia?
Salsa, tambores, el sonido de la lluvia, el sonido de las hojas de los árboles moviéndose con la brisa, el sonido de los pajaritos. Siempre conexión con mi bella naturaleza, siempre me ha gustado.
Me gusta estirarme, acostarme, sentir la madre tierra.
Habla pausado, tranquilo. Se toma su tiempo. Respira, piensa.
¿Qué te atrapó de la música?
“El pum, pum, pum”, dice moviendo las manos al ritmo de la canción que suena de fondo. Eso que tiene el hip hop. Los ritmos.
Cuando mi vecino me llevó a Los Próceres y comencé a adentrarme en ese mundo fue como que ¡Waao! ¿Dónde estaba esto vale? ¿Por qué yo no sabía?
Y cuando empecé a hacer rap, mis padres no estaban muy convencidos con, pero al año cuando estaba en Cuarto Poder y vieron que nos estaban llamando para comerciales de TV, novelas y tal, cambiaron de parecer.
¿Tu playlist de niño?
Escuchaba merengue y burda (mucho) de vallenato. Nos íbamos pa’ Valencia y hacíamos tremenda rumbas con un vecino que era dominicano. Siempre me crié con música alrededor.
En el barrio también se escucha mucha champeta.
Y de más grande escucho más reggae, me gusta también Alicia Keys, Lauryn Hill…
¿Cuál es el aporte que tienes para enriquecer el género en Venezuela?
LLevar alegría y bombo ahí en mis temas.
(Suspira)
Llevar motivación… Alguna señal de esperanza… Y que esa esperanza de fuerza también.
Soy vocero de mi barrio y trato de llevar esa realidad de que vivo en el barrio a todas las demás partes de mi país y demostrarles que coye, aunque suene trillado, sí se puede.
Hay personas que me ven como ejemplo en la cultura, hemos abierto un camino para músicos que vienen después de nosotros… Y me hace sentir orgulloso que me tomen como referente en el género, de ahí me agarró para seguir plasmando y marcando mensajes.
Y buscar, siempre. Trato de rescatar los valores, los detalles que, aunque a veces lo veamos como si fuera cualquier cosa, importan. Y traer de vuelta ese “buen ciudadano” en mis letras.
¿Cómo te describirías ante una persona que no te conoce?
Una persona sencilla, pasiva, observadora, paciente. Una persona que comete errores y que trata de aprender de ellos, a pesar de que a veces los vuelva a cometer.
Alegre, casero, familiar, melómano.
¿Y si tú fueras tu fan, qué dirías de él -o de ti-?
Tendría que escuchar al fan primero.
¿Qué es Venezuela para ti?
Mi casa.
¿Y las Minas City?
¡Nahhh! Las Minas es ¡imagínate!, mi cueva.
Si fueras un cantante venezolano…
Sería Oscar D’ León.
Llega la pizzeta, la especialidad de Buena Costumbres -buen provecho man dice para su equipo, buen provecho mami-.
¿Te sentiste frustrado alguna vez? ¿Cómo lo afrontaste?
Cuando estaba separado de mi esposa. Y lo resolví bajando el orgullo.
Me dije: “deja tu ego y tu orgullo y anda pa’llá”
Debe ser difícil dejar el orgulloso cuando eres artista…
¡Sí!, por eso digo que lo espiritual fue lo que me ayudó a ver todas esas cosas. La humildad por delante. Siempre una sola cara.
¿Qué es ser negro para ti?
Para mí, lo es todo. Ser negro es lo mejor que me ha pasado en la vida.
¿Sufriste de racismo en Venezuela?
Bueno, en la escuela me decían “Cirilo, negro mojino…” Los típicos insultos.
Maltripeaba (la pasaba mal), pero tampoco fue que sufrí. Ahí uno se inventaba también otras cosas.
¿Tu primer viaje de la vida?
Con Cuarto Poder a Cuba.
Me acuerdo que cuando llegamos, la ciudad estaba como gris. Pero lo que más me sorprendió fue el festival de La Habana, cuando vi como 5 mil negros ahí escuchándonos sin emitir un gesto cuando cantábamos. Ellos estaban adelantados a todo lo que estábamos cantando, son super cultos, estaban muy avanzados para el momento. De hecho, cuando volvimos a Venezuela tuvimos que cambiar tooodo el disco que íbamos a sacar y creamos “Sin afinar mucho”.
¿Probaste mate?
Sí, en chile.
Eso no es mate…
Pero era mate argentino…
Eso tampoco es mate -digo riendo-
Bueno, Uruguayo aún no.
Ya en el Centro Cultural Tractatus, la expectativa por el show de Apache iba en aumento.
Aquí somos los que somos y aquí estamos los que estamos, cuando yo diga Las Minas, ustedes dicen Welcome. Las Minas-welcome-Las Minas -Welcome.
Comienza el show con “Pónmela en el aire”. El espíritu de Canserbero revive a través de la energía que Apache transmite, su voz quedó en la tecnología, la piel se pone de gallina y alguien comenta “¡Marica! qué fuerte que la voz de Can quede de fondo”
No podía faltar el incienso a un costado de la tarima, la espiritualidad de Apache te salta en la cara, de transporta y te transmite. Hay un concepto de armonía que te recuerda que “va a estar todo bien”.
Agatha, le hace el coro, cantan a dúo, se miran, se brillantean los ojos, se gozan. Ella era bailarina, así que no puede evitar que se le bambolee el cuerpo con el bajo “pum, pum” de Apache.
Hay banderas de Venezuela, gente que nunca lo vió pero fue porque quiere apoyar, hay otros que son fanáticos desde siempre.
Apache canta, habla con la gente, les agarra el celular y se graba él mismo, les canta a los amigos, deja que el equipo de presente, da espacios, va sin prisa, piensa, tiene tiempo. Salta, hace que el público salte con él, hace silencios, pausa, piensa de nuevo… Matemático suelta la pista y vuelve con todo.
Hace honor a Can, hace honor a su hija, a su esposa, a su equipo a sus amigos, y a Venezuela.
“Tenemos que rescatar los valores y llevar lo mejor que tenemos a todos los rincones del mundo”, dijo para terminar.
Así se gozó hasta las 4:30am. Que se fue de tarima directo para Mar del Plata, Argentina… Donde estaría tocando esa misma noche.
¡Que viva el amor!
Imagen protada: Apache en Tractatus – Viernes 30 de Setiembre 2016 – Fotos: Jero López
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